El Centro de Estudios Demográficos de la Universitat Autònoma de Barcelona (CED-UAB) ha observado en un estudio que la esperanza de vida en buena salud a partir de los 50 años evoluciona acorde con el gasto sanitario público por cápita que realizan las comunidades autónomas: cuanto más se invierte, se incrementan los años que la ciudadanía vive sin enfermedad y disminuyen los años que vive con enfermedad.
Este estudio desvela que las comunidades autónomas que tienen una esperanza de vida en buena salud peor son Murcia, Castilla-La Mancha e Islas Canarias en hombres.
La revista ‘Perspectivas Demográficas’ ha publicado los resultado del estudio que analiza las diferencias por comunidades autónomas en la esperanza de vida sin y con enfermedad en las personas mayores de 50 años desde 2006 hasta 2019 a partir de factores socioeconómicos y sanitarios, ha informado la UAB en un comunicado este lunes.
En concreto, han analizado datos de seis encuestas de salud nacionales y europeas, datos de mortalidad del Instituto Nacional de Estadística (INE) e indicadores socioeconómicos, datos de gasto sanitario público, de servicios y recursos humanos en salud, así como informaciones sobre comportamientos individuales relacionados con la salud entre 2006 y 2019.
Las comunidades autónomas que tienen una esperanza de vida en buena salud más alta son la Rioja, Islas Baleares y Catalunya en hombres y Navarra, Catalunya y Aragón en mujeres, mientras que por la cola se encuentran Murcia, Castilla-La Mancha e Islas Canarias en hombres e Islas Canarias, Murcia y Galicia en mujeres.
La comunidad con una mayor esperanza de vida a los 50 años entre los hombres es Madrid con 33,5 años, pero se encuentra en el séptimo lugar en la clasificación de años de vida vividos en buena salud (con 12,2 años).
Según los autores, la evolución de la esperanza de vida en buena y mala salud y la diferencias entre CCAA se entienden a partir de las fluctuaciones en el gasto sanitario público desde 2006, «marcado por los recortes» que sufrió el sistema a raíz de la crisis económica entre 2009 y 2014.
Aunque la reducción del gasto se produjo en el conjunto del país, hubo diferencias «importantes» entre comunidades autónomas: los niveles de gasto por cápita difieren mucho según la comunidad autónoma y, de hecho, los valores más altos superan los más bajos en un 50%.
Los investigadores estiman que gastar 800 euros más por persona en salud pública se tradujo en 1,5 años más de vida en buena salud a los 50 años para los hombres y en 1,2 años para las mujeres, y redujo los años vividos en mala salud 1,7 años para los hombres y 1,6 años para las mujeres.