El luto envuelve a la comunidad de Porticello, en Palermo, tras la tragedia marítima que se cobró la vida de Hannah Lynch, de 18 años, la última desaparecida del accidente del velero ‘Bayesian’, junto con otras cinco víctimas, incluyendo a su padre, el empresario británico Mike Lynch. El cuerpo de Hannah fue recuperado este viernes por los equipos de búsqueda después de un intenso operativo que duró varios días.
La tragedia ocurrió el lunes pasado, cuando el ‘Bayesian’, un yate considerado de alta tecnología, se hundió frente a las costas de Sicilia luego de ser azotado por un fuerte tornado. La operación de rescate enfrentó desafíos significativos debido a la profundidad a la que se encontraba el velero, obligando a los buzos a trabajar en condiciones extremas que limitaban su tiempo de inmersión a solo 12 minutos.
Las víctimas del naufragio, aparte de Hannah y su padre Mike Lynch, incluyeron a personalidades destacadas como Jonathan Bloomer, presidente del banco Morgan Stanley International, y su esposa Judy; Chris Morvillo, abogado del empresario, y su esposa Neda; así como el cocinero de la embarcación, Recaldo Thomas, de origen Canadiense.
Todas las víctimas fueron encontradas fuera de los camarotes, sugerente de un intento desesperado por escapar del velero mientras se hundía. Este detalle cobra importancia en la investigación en curso liderada por la Fiscalía de Termini Imerese, que busca determinar las causas exactas del desastre y si hubo negligencia involucrada. Se espera que una próxima rueda de prensa brinde más detalles sobre los avances de la investigación.
Los cuestionamientos sobre cómo el yate, equipado con la última tecnología y sistemas de radar, pudo hundirse en cuestión de minutos, siguen presentes. Videos adquiridos por los investigadores muestran los dramáticos momentos del hundimiento. Se había considerado la hipótesis de que la rotura del mástil, un impresionante 75 metros de altura, podría haber sido el culpable; sin embargo, las operaciones de rescate demostraron que el mástil estaba intacto, llevando a los investigadores a contemplar otras posibles causas, incluyendo la entrada masiva de agua debido a que las escotillas y compuertas laterales estaban abiertas ante la inminente tormenta.
El trágico suceso ha dejado una huella imborrable en la comunidad de Porticello y en el ámbito internacional, poniendo de manifiesto los peligros del mar y la importancia de la seguridad marítima, incluso en embarcaciones de lujo consideradas prácticamente «insumergibles». La investigación en curso es clave no solo para otorgar justicia a las víctimas y sus familias, sino también para aprender lecciones cruciales que ayuden a prevenir futuras tragedias en el mar.
