Tras más de 15 meses de Pandemia la “vuelta a la normalidad” esta cada vez más cercana. En los centros hospitalarios el número de pacientes ingresados por Covid, cada vez es menor, teniendo ahora que sacarse adelante la lista de espera quirúrgica, consultas con los especialistas y pruebas diagnósticas.
Respecto de la Atención Primaria, aparte de mantener su actividad habitual, se ha asumido un gran trabajo respecto de la gestión de casos Covid, determinación de pruebas diagnósticas, cuarentenas y todo lo que ha conllevado y conlleva la gestión de casos, junto a un papel protagonista, en la actual campaña de vacunación.
Sin embargo, ahora, lejos de reconocer el trabajo realizado por los profesionales, la llamada “vuelta a la normalidad” va a suponer un empeoramiento de las condiciones laborales de los mismos.
De forma unilateral, se ha decidido perpetuar, la llamada atención telefónica, tanto a demanda, como de forma programada, junto a la atención presencial y el resto de actividades: atención de urgencias, atención domiciliaria, analíticas, curas, seguimiento y control de pacientes de los distintos programas de salud, …
Esto, para el nivel de Atención Primaria, es la “gota que colma el vaso” mucho más, a las puertas del verano, donde los profesionales deben disfrutar de un merecido descanso, que, en ocasiones, no va a ser sustituido por ausencia de profesionales en las bolsas de trabajo.
Para UGT, no es el momento de “castigar” a nuestros profesionales con medidas impuestas, que en ningún caso se han negociado ni con ellos, ni con sus representantes a efectos laborales.
Es la hora de un adecuado dimensionamiento de las plantillas, en todos los niveles asistenciales, y de crear cuantas plazas sean necesarias, de acuerdo con aquellas tareas y funciones que los profesionales de la sanidad (sanitarios y no sanitarios), deban hacer en su día a día.