En los últimos días, el mundo ha mirado con atención creciente a la situación en Ucrania y cómo esta podría tomar un giro decisivo en 2025. Donald Trump, el expresidente de los Estados Unidos, ha prometido que podría poner fin al conflicto armado en Ucrania en menos de 24 horas a través de negociaciones de paz. Por otro lado, existe la posibilidad de que Rusia continúe haciendo avances significativos en la región del Donbás. Si bien desde Kiev no se ha publicado una predicción oficial para este nuevo año, su manera de recibirlo ha sido clara: con una ofensiva sorpresa en la región rusa de Kursk, marcando el inicio de un esfuerzo ucraniano por recuperar la iniciativa en el frente.
La acción en Kursk fue anunciada por el jefe de la Oficina Presidencial de Ucrania, Andriy Yermak, y ha tomado lugar justo antes de la toma de posesión de Trump en los Estados Unidos. Este movimiento es parte de una estrategia más amplia que busca no solo recuperar territorios, sino también poner a Rusia en una posición defensiva. En agosto pasado, tras una incursión transfronteriza en Kursk, Ucrania logró una victoria simbólica al ser la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que tanques de un país «enemigo» entraban en territorio ruso. Aunque Rusia logró recuperar cerca del 40% del territorio inicialmente perdido, la presencia persistente de fuerzas ucranianas en la región ha sido una vergüenza para Moscú, a pesar de los refuerzos, incluso de soldados norcoreanos.
La importancia de Kursk no solamente radica en su valor estratégico, sino también como posible moneda de cambio en futuras negociaciones de paz. La administración de Trump y figuras como el secretario de Estado de EE.UU., Anthony Blinken, han subrayado la relevancia de esta región en el tablero diplomático. La operación militar de Kursk también refleja las dificultades que enfrenta Ucrania, como la falta de personal militar y municiones, lo cual ha sido motivo de crítica por parte de algunos sectores en el país.
Por otro lado, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha aprovechado los primeros días de 2025 para exponer cómo sería el proceso de negociación con Rusia bajo la mediación de Trump. Zelenski expresó su disposición a negociar el fin de la guerra siempre y cuando se obtengan garantías de seguridad satisfactorias para Ucrania, incluyendo una entrada parcial en la OTAN. Estas declaraciones se produjeron en una entrevista con el podcaster estadounidense Lex Friedman.
A pesar de la apertura de Kiev hacia un proceso de negociación, se mantiene la incertidumbre sobre la disposición de Putin a entrar en conversaciones. Algunos analistas sugieren que Rusia, al mantener la iniciativa en el campo de batalla durante 2025 y contar con nuevas incorporaciones de tropas, como las norcoreanas, podría no sentir la presión suficiente para buscar una solución negociada.
La situación en Ucrania y las movidas en el escenario político y militar global anticipan un 2025 lleno de incertidumbres. Mientras algunos ven en la promesa de Trump y la estrategia de Ucrania un rayo de esperanza para la paz, otros se mantienen escépticos ante la complejidad del conflicto y la posible respuesta de Moscú. Los ojos del mundo permanecen atentos a cada desarrollo, esperando que el nuevo año traiga consigo un camino hacia la resolución de un conflicto que ha marcado profundamente a la región y a la comunidad internacional.
