El Grupo de Femtociencia y Microscopía de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), bajo la dirección del profesor Abderrazzak Douhal Alaui, ha logrado un avance significativo en el desarrollo de un nuevo material luminiscente que presenta múltiples oportunidades para aplicaciones en diversos campos tecnológicos. Este equipo ha sintetizado una perovskita sin plomo, basada en manganeso (Mn), que exhibe propiedades ópticas prometedoras para su implementación en sistemas avanzados de encriptación y decriptación fototérmica, en sensores para la detección de vapores y en dispositivos optoelectrónicos eficientes.
La investigación se ha publicado recientemente en el Journal of Materials Chemistry C, una revista científica de la Royal Society of Chemistry. Este trabajo forma parte de la tesis doctoral de Francisco Sánchez Martínez y ha contado con el apoyo financiero del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la Unión Europea, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la propia UCLM.
Las perovskitas son materiales con una estructura cristalina que incorpora tanto componentes orgánicos como inorgánicos, lo que les confiere propiedades ópticas y electrónicas ajustables. Esto las hace especialmente atractivas para la investigación en áreas como energía, sensores y dispositivos emisores de luz. Un hecho relevante es que muchas perovskitas contienen plomo, un elemento considerado tóxico y no deseable para el medio ambiente. El nuevo material desarrollado en la UCLM sustituye el plomo por manganeso, lo que no solo reduce su impacto ambiental, sino que también amplía las posibilidades de uso seguro del material.
El equipo de investigación ha llevado a cabo la síntesis y caracterización del compuesto tanto en forma de cristales individuales como en polvo, analizando su comportamiento fotónico a través de técnicas avanzadas. Uno de los aspectos más destacados de este material es su capacidad de cambiar de color de manera reversible en función de la temperatura. El profesor Douhal menciona que «cuando varía la disposición electrónica del átomo de manganeso, la luz emitida pasa de verde a roja y vuelve a verde al enfriar, manteniendo su estabilidad durante muchos ciclos». Esta propiedad, conocida como termofotocromismo, puede dar lugar a sistemas de cifrado y descifrado de doble clave que dependen de cambios en la coloración de la emisión controlados por temperatura.
Además del potencial uso en la seguridad de datos, este nuevo material también tiene la capacidad de detectar vapores de disolventes comunes, convirtiéndolo en una herramienta valiosa para el control ambiental y la seguridad industrial. Los investigadores han demostrado que puede ser utilizado en la fabricación de diodos emisores de luz (LED) de color verde con baja conversión energética, lo que representa un paso adelante hacia el desarrollo de dispositivos electrónicos más eficientes y sostenibles.