La cena en la Casa Blanca entre Donald Trump y Benjamín Netanyahu marcó un nuevo capítulo en las tensas negociaciones sobre la situación en la Franja de Gaza. Ambos líderes discutieron un acuerdo para una tregua de 60 días, en el cual se contempla el posible desplazamiento de palestinos fuera del enclave. Esta es la tercera reunión entre ellos en el año, mientras continúan las conversaciones entre Israel y Hamás en Qatar sobre la propuesta que incluye tanto el alto el fuego como la liberación de rehenes.
A medida que se desarrollaba la cena, Netanyahu sorprendió a Trump al nominarlo para el Premio Nobel de la Paz, destacando su papel en diversas mediaciones internacionales. A pesar del ánimo de cooperación, el camino hacia la tregua presenta serias dificultades, ya que las posturas entre las partes se encuentran distantes. Israel insiste en que cualquier acuerdo debe incluir la eliminación de Hamás, mientras que los islamistas exigen la retirada total de las fuerzas israelíes de Gaza.
Sin embargo, el primer ministro israelí mencionó también un plan en el que la salida de los palestinos de Gaza sería voluntaria, y se está trabajando con países vecinos para ofrecer un futuro mejor a los que deseen abandonar el enclave. Este enfoque ha generado críticas en el mundo árabe, que lo ve como una forma de limpieza étnica, mientras que las complejidades del conflicto siguen sin resolverse, dejando a la creación de un Estado palestino en un limbo incierto.
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