En una reciente entrevista con Fox News, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha provocado controversia al sugerir que Ucrania «pueda ser de Rusia algún día», refiriéndose a las circunstancias actuales y las negociaciones en curso para poner fin a la invasión rusa de Ucrania, iniciada por el presidente Vladimir Putin el 24 de febrero de 2022. Este comentario ha sorprendido a muchos, dado el delicado contexto geopolítico y las tensiones entre las naciones involucradas.
Trump expresó su visión indeterminada sobre el futuro de Ucrania, diciendo: «Pueden llegar a un acuerdo, puede que no. Puede que algún día sean rusos, puede que algún día no lo sean». Además, ha sugerido que la asistencia estadounidense a Ucrania debería negociarse en base a los recursos naturales de Kiev, comentando: «Vamos a tener todo ese dinero ahí y lo quiero de vuelta».
El presidente también informó de la inminente visita a Ucrania del enviado especial para el país, Keith Kellogg, elogiando su trabajo y el de otros implicados en la gestión de la crisis. Trump destacó la diferencia con su mandato anterior, afirmando que dejó un país sin guerras ni problemas, una afirmación que contrasta con la complejidad de los conflictos actuales, incluida la situación en Ucrania.
La conversación no solo se ha centrado en la difícil situación entre Rusia y Ucrania, sino también en los diálogos entre los líderes de ambas naciones. Trump ha confirmado haber hablado tanto con Putin como con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski. Según Trump, ambos líderes parecen interesados en llegar a un acuerdo, aunque el resultado final sigue siendo incierto.
Estas declaraciones de Trump llegan en un momento de creciente incertidumbre sobre el futuro de Ucrania. La posibilidad de que Ucrania «pueda ser de Rusia algún día» según mencionó, ha generado preocupaciones sobre las intenciones diplomáticas de Estados Unidos y el papel que desempeña en las negociaciones para resolver el conflicto. Las repercussions políticas y diplomáticas de estas declaraciones aún están por verse, pero sin duda marcan un punto significativo en la discusión sobre el conflicto en Ucrania y las relaciones entre Estados Unidos, Rusia y Ucrania.