En una rueda de prensa compartida con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el presidente estadounidense Donald Trump presentó su ambicioso «plan de 20 puntos para la paz» en Gaza. Este enfoque propone establecer una fuerza política internacional temporal para gobernar la región, desmantelar las capacidades militares de Hamás y desplegar una fuerza árabe que asegure la estabilidad local. Aunque recuerda propuestas previas de la Administración Biden, este plan destaca por su insistente presión sobre Israel, buscando una nueva dirección en un conflicto que ha durado décadas.
Los pilares del plan incluyen la creación de una Gaza desmilitarizada y la reconstrucción de infraestructura en beneficio de la población, muy afectada por la violencia. En caso de que se acepte la propuesta, se promete el fin inmediato de las hostilidades, la liberación de rehenes y la amnistía para miembros de Hamás que elijan la coexistencia pacífica. Además, planea enviar ayuda humanitaria a través de organismos independientes, buscando facilitar un acceso sin restricciones a bienes y asistencia en la Franja.
Un elemento clave es la creación de un comité palestino tecnocrático, supervisado por un nuevo organismo internacional liderado por Trump, que gestionará los servicios públicos hasta que la Autoridad Palestina esté lista para retomar el control. Con un enfoque en la inversión y desarrollo económico, se busca fomentar una Gaza próspera que no represente una amenaza para sus vecinos, dando al mismo tiempo la oportunidad a quienes lo deseen de reconstruir su vida en la región, en lugar de buscar el exilio.
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