Durante un reciente encuentro en la Casa Blanca con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, Donald Trump no dudó en criticar a España por no incrementar su gasto en defensa más allá del 2%. El republicano afirmó que el país ibérico no ha sido «leal» con la OTAN y sugirió que esta situación debería ser abordada por la alianza internacional. Sus palabras reflejan la creciente presión que ejerce sobre los aliados de la OTAN para que cumplan con el objetivo del 5% del PIB para la defensa.
La tensión entre Estados Unidos y España ha aumentado notablemente, especialmente después de que Trump insinuara la posibilidad de «expulsar» al país de la OTAN. En declaraciones anteriores, enfatizó que España es un «país rezagado», señalando que todos los demás miembros han cumplido con lo que él considera necesario para garantizar la seguridad colectiva. Esta firme postura de Trump no solo apunta a España, sino que se ha extendido a otros líderes internacionales, a quienes instó a aumentar el gasto militar.
Recientemente, mientras asistía a una cumbre de paz en Egipto, Trump reiteró su descontento y lanzó advertencias sobre posibles sanciones comerciales, incluyendo la imposición de aranceles del 5%. Aunque dejó claro que las decisiones sobre sanciones corresponden a la OTAN, su insistencia en que España debe ser «reprendida» resalta un dilema diplomático persistente que podría afectar las relaciones entre Washington y Madrid.
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