Este jueves, en un movimiento que podría marcar un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido retirar los aranceles del 40% aplicados a productos brasileños como carne bovina, vegetales, café y cacao. La decisión surge tras negociaciones directas con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quienes se encontraron por primera vez en la Asamblea General de la ONU el pasado septiembre. La «química» entre ambos mandatarios, según fuentes cercanas, facilitó este avance en un contexto donde los vínculos comerciales habían estado tensos.
Los aranceles habían sido implementados previamente en represalia por el juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro, y el incremento total alcanzó un 50%. La retirada de estas tarifas se aplica a productos importados de Brasil desde el 13 de noviembre, lo que incluye no solo bienes agrícolas, sino también combustibles fósiles y productos químicos. Este cambio llega en un momento en que Brasil ha experimentado durante años una relación comercial desfavorable con Estados Unidos, lo que hace que estas negociaciones sean aún más cruciales para el país sudamericano.
Mientras el gobierno brasileño aplaude la medida como un paso positivo, ya anticipa la necesidad de continuar las discusiones para lograr rebajas adicionales en los aranceles. Este desarrollo no solo refleja el deseo de mejorar la relación entre ambos países, sino que también podría tener un impacto significativo en los mercados agrícolas y en las economías locales que dependen de estas exportaciones.
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