Nvidia, la empresa líder mundial en la fabricación de chips, ha anunciado una monumental inversión de cientos de miles de millones de dólares en sus operaciones de manufactura en Estados Unidos durante los próximos cuatro años. Este anuncio se enmarca en lo que algunos denominan un renacimiento manufacturero, impulsado por el gobierno del expresidente Donald J. Trump, quien busca consolidar a Estados Unidos como el líder global en inteligencia artificial.
El CEO de Nvidia, Jensen Huang, expresó su entusiasmo acerca del respaldo gubernamental. «Tener el apoyo de una administración que se preocupa por el éxito de esta industria y que no permite que la energía sea un obstáculo es un resultado fenomenal para la IA en Estados Unidos», afirmó. Este optimismo refleja la dirección que está tomando la inversión tecnológica en el país.
Los analistas de diversos medios han señalado la relevancia de esta inversión. Axios lo describe como otro triunfo en el esfuerzo de Trump por aumentar la manufactura estadounidense, mientras que The Guardian considera que esta promesa de inversiones por parte de un importante fabricante de chips es un indicativo de que las políticas «America First» están impactando las decisiones de inversión. Por su parte, Financial Times destaca que la proyección de gastos de Nvidia sigue a los planes de inversión multimillonarios anunciados por otras grandes tecnológicas como Apple. Incluso Yahoo Finance subraya que la expansión de Nvidia es una respuesta a las políticas de aranceles de la administración Trump.
El impacto de estas políticas es notable y se extiende más allá del sector tecnológico. En enero, Trump había anunciado inversiones privadas en infraestructura de inteligencia artificial por un valor de 500 mil millones de dólares, gracias a la colaboración de empresas como OpenAI, Oracle y Softbank. En un derroche de optimismo industrial, Apple también comprometió 500 mil millones y TSMC, otro gigante de la fabricación de chips, anunció una inversión de 100 mil millones.
La tendencia no se limita a la tecnología. Recientemente, un fabricante canadiense de muebles decidió trasladar su producción a Estados Unidos, y el mayor fabricante de juguetes de ese país reveló planes para retornar una «gran parte» de su manufactura que actualmente se realiza en China. El sector automotriz no queda atrás: Stellantis anunció una inversión de 5 mil millones en su red de manufactura estadounidense, mientras que Hyundai Motor busca «localizar su producción» en el país. Nissan considera mover parte de su producción desde México hacia Estados Unidos, y Honda está a punto de comenzar la producción de su modelo híbrido Civic de próxima generación en Indiana.
Las aperturas y crecimientos en la manufactura son, sin duda, un testimonio del impacto de las políticas de Trump y reflejan un cambio significativo en la forma en que las empresas están reconfigurando sus operaciones, enfatizando la producción nacional y la autosuficiencia en el ecosistema industrial.
Fuente: WhiteHouse.gov
