Trump escala las tensiones comerciales: Aranceles al acero y aluminio se disparan al 50% ante el inminente fin de la tregua con socios internacionales

En una decisión sin precedentes que marca un nuevo capítulo en la ya tensa guerra comercial, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado un significativo incremento en los aranceles aplicados al acero y al aluminio. A partir del 4 de junio, estos aranceles se duplicarán, pasando del 25% al 50%, como parte de un esfuerzo por reforzar la agenda proteccionista de su administración.

Este aumento arancelario, según un documento oficial firmado por Trump, es una medida que se considera necesaria y apropiada para las importaciones de acero y derivados, así como de aluminio y sus derivados, aplicando una tarifa ‘ad valorem’ del 50% desde la medianoche del mencionado día. Sin embargo, este anuncio llega con una excepción notable: el Reino Unido, que gracias a un acuerdo bilateral firmado a principios de mayo con Estados Unidos, recibirá un tratamiento diferente respecto a estas importaciones.

La Casa Blanca argumenta que los aranceles previos no han logrado que las industrias nacionales alcancen y mantengan las tasas de utilización de la capacidad productiva necesarias, aunque sí han brindado un apoyo crítico a los precios del mercado estadounidense.

En anticipación a esta medida, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, reveló que se había enviado una carta a los socios comerciales de Estados Unidos, recordándoles la proximidad de la fecha límite para las negociaciones arancelarias y expresando el deseo del presidente de alcanzar buenos acuerdos.

Este último giro en la política comercial de Trump no solo ha acrecentado la incertidumbre en la ya complicada guerra comercial, sino que también ha abierto un laberinto legal que desafía a la administración estadounidense. A pesar de haber suspendido temporalmente los aranceles para permitir negociaciones, las acciones recientes, incluidas las amenazas a la Unión Europea y las acusaciones contra China por violar acuerdos previos, señalan una estrategia agresiva continuada.

La reciente acusación de Trump hacia China, por supuestamente violar lo pactado en Ginebra y los reproches de Pekín acusando a Washington de imponer medidas de «supresión extrema», añaden más leña al fuego de este conflicto comercial. La situación ha escalado hasta el punto de incluir nuevas restricciones sobre chips y la cancelación de visados a estudiantes chinos, evidenciando la profundidad de las tensiones bilaterales.

A pocos días de una reunión planificada en París entre el comisario europeo de comercio, Maros Sefcovic, y el representante comercial estadounidense, Jamieson Greer, el mundo espera ver si es posible alcanzar algún avance hacia un acuerdo que mitigue la escalada de este conflicto.

El impacto de estas decisiones trasciende las fronteras nacionales, afectando la economía global y la estabilidad del comercio internacional. Con la aplicación de estos aranceles, Estados Unidos busca no solo proteger sus industrias nacionales, sino también reafirmar su posición en la arena internacional, aunque esto signifique profundizar las tensiones con sus socios comerciales.

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