En una noche llena de energía y fervor, el presidente Donald J. Trump regresó a Pensilvania, donde se dirigió a una multitud entusiasmada en el casino Mount Airy de Pocono. Enmarcando su discurso en un aire de celebración, Trump subrayó los logros que, según él, su administración ha conseguido en apenas 11 meses. Detalló cómo su gobierno ha logrado detener el aumento desmedido de la inflación, reducir los precios de la gasolina, restaurar el crecimiento de los salarios reales para los trabajadores estadounidenses y ofrecer los mayores recortes de impuestos de la historia.
Sin embargo, el presidente no eludió reconocer la «gran cantidad de problemas» que encontró al asumir el cargo, culpando a la administración de Biden por la «catástrofe económica» que, a su juicio, había sumido al país en una crisis. Consciente de que queda aún trabajo por hacer, se comprometió a continuar reparando los daños durante su mandato, conjurando la promesa de una era de prosperidad sin precedentes.
Entre los momentos destacados del discurso, Trump citó datos que afirmaban que desde su inauguración se habían creado casi 60,000 nuevos empleos en Pensilvania, además de un aumento en los salarios de los trabajadores de fábricas y de la construcción, contrastando estos resultados con lo que describió como una caída dramática de los salarios durante la administración anterior. “Los trabajadores de la construcción han visto un aumento de $1,800, mientras que los salarios de los mineros han subido $3,300”, afirmó.
En su característico estilo directo, Trump presentó una serie de estadísticas que buscaban enfatizar su visión positiva de la economía. Habló de un aumento en la producción de petróleo y mencionó que en algunas localidades los precios de la gasolina habían llegado a marcar $1.99 por galón. Anunció también una disminución en los precios de la vivienda y en los costos de productos básicos, como el pavo de Acción de Gracias, que dijo había bajado un 33% en comparación con el punto más alto de la era Biden.
La populista política fiscal de Trump se destacó cuando mencionó los «sin impuestos sobre las propinas» y otras medidas que beneficiarían a los trabajadores. El presidente también presentó la idea de “Cuentas Trump”, una propuesta destinada a establecer una cuenta de ahorros de inversión de $1,000 para cada niño nacido en el país, lo cual dramatizó como un legado de crecimiento financiero para las futuras generaciones.
Su discurso no fue solo una celebración de logros, también incluyó duras críticas hacia quienes considera opositores. Al abordar temas como la inmigración y el empleo, el presidente sostuvo que “el 100% de todos los nuevos empleos netos han sido para ciudadanos estadounidenses” desde que asumió el cargo, reafirmando su postura de que el enfoque de su administración en los ciudadanos debería ser inquebrantable.
Mientras la multitud vitoreaba y ondeaba banderas, midiendo la atmósfera de apoyo ferviente, Trump se dirigió a los desafíos restantes. Recordó a sus seguidores que el camino hacia la recuperación completa requiere dedicación y esfuerzo continuos, pero, concluyó, con la mirada fija en la audiencia, “América está de vuelta”.
A medida que los medios locales cubrían la jornada, varios titulares destacaron tanto la retórica combativa del presidente como sus postulados económicos, reflejando la polarización que continúa marcando el panorama político estadounidense. A pesar de las diferencias de opinión, la concentración de ciudadanos en el evento mostró que, para muchos, el mensaje de Trump resuena con fuerza en una nación que busca revitalizar su fe en el futuro.
Fuente: WhiteHouse.gov
