Debido a las gélidas condiciones climáticas previstas para la próxima semana, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido trasladar su discurso de investidura y otros eventos relacionados con su toma de posesión al interior del Capitolio, evitando así las escalinatas exteriores donde tradicionalmente se realizan estas ceremonias. La decisión se anunció este viernes, marcando un precedente que no se veía desde la investidura de Ronald Reagan en 1985, quien también optó por el interior del edificio por razones similares.
La ceremonia se llevará a cabo en la rotonda del Capitolio de Estados Unidos, un lugar de gran simbolismo que enlaza las dos cámaras del Congreso. Este cambio responde a las expectativas de temperaturas extremadamente bajas, que podrían alcanzar mínimos históricos de hasta -12 grados Celsius, agudizadas por un vórtice polar procedente de Canadá que azotará el este del país.
Trump manifestó su preocupación por la seguridad de los asistentes, aconsejando a quienes decidan estar presentes en los eventos externos, como el desfile hacia la Casa Blanca, que se vistan adecuadamente para protegerse del frío intenso. Además, el mandatario electo aseguró que los líderes extranjeros invitados, incluido el presidente de Argentina, Javier Milei, tendrán la posibilidad de presenciar el discurso desde el interior del Capitolio.
Para aquellos seguidores del presidente electo que deseen seguir el evento de cerca, el estadio Capital One Arena se habilitará especialmente para la ocasión, permitiendo a Trump acercarse a sus partidarios, en un evento que promete retomar el ímpetu de su campaña bajo el lema «Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande: victoria».
Este cambio en la locación de la investidura subraya la seriedad con la que se están tomando las condiciones meteorológicas adversas, garantizando así la seguridad y el bienestar tanto de los asistentes como de los participantes en una de las ceremonias más emblemáticas y trascendentales de la democracia estadounidense. Este evento marca no solo el comienzo de un nuevo mandato sino que también reafirma la adaptabilidad y resiliencia de las tradiciones estadounidenses ante los desafíos imprevistos.