El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha llevado la tensión política a un nuevo nivel al demandar el arresto y juicio de seis legisladores demócratas. En un video reciente, estos congresistas instan al ejército a desobedecer lo que califican de «órdenes ilegales» del presidente, lo que Trump califica de sedición y aboga por castigar con severidad. En múltiples mensajes en su red social Truth Social, Trump denunció a los legisladores como «traidores» y subrayó la gravedad de sus declaraciones, sugiriendo que podrían enfrentar la pena de muerte por sus acciones.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, salió al paso de las acusaciones, rechazando que el presidente haya emitido órdenes ilegales y calificando el video de los congresistas como un «mensaje muy peligroso». Según ella, la integridad de las Fuerzas Armadas depende de la cadena de mando y cualquier intento de romperla podría provocar «caos y muertes». Este intercambio se produce en un clima de creciente polarización en el país, donde Trump ha sido criticado por sus intentos de desplegar fuerzas militares en ciudades gobernadas por demócratas.
Desde su regreso al poder, Trump ha enfrentado desafíos legales y políticos en sus decisiones, argumentando que la violencia y los disturbios en las ciudades están respaldados por lo que él llama «la izquierda radical». Sin embargo, diversos tribunales han desacreditado sus argumentos sobre la necesidad de despliegues militares, subrayando la complejidad de la situación política actual y el delicado equilibrio entre poder y seguridad en Estados Unidos.
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