Durante su mandato, el presidente Donald J. Trump se comprometió a abordar los problemas de salud que afectan a la población estadounidense. Esta promesa se concreta con un ambicioso plan que se centra en la calidad de los alimentos que consumimos. En una reciente declaración, la administración Trump anunció un acuerdo significativo: varias compañías de helados han decidido retirar los colorantes artificiales de sus productos, abarcando más del 90% del volumen de helados vendidos en el país.
Este paso no es un caso aislado. La noticia se enmarca en un contexto más amplio donde empresas líderes están transformando sus procesos y fórmulas por un propósito común: ofrecer productos más saludables. Entre las empresas que se han sumado a este movimiento se encuentran Steak & Shake, que ha optado por solo utilizar grasa de res 100% natural y sustituido mezclas con aceites vegetales por mantequilla de Wisconsin de primera calidad.
McCormick, conocido por sus especias, ha dado un paso similar al eliminar ciertos colorantes de sus productos, mientras que PepsiCo se ha comprometido a quitar los ingredientes artificiales de sus populares snacks como Lay’s y Tostitos antes del fin de año.
Otras iniciativas también han llamado la atención. In-N-Out ha hecho cambios notables en su menú, eliminando los colorantes sintéticos y sabores artificiales, adoptando además la grasa de res al 100%. Tyson Foods, por su parte, ha dejado de usar colorantes sintéticos en sus productos, y Mars ha eliminado el dióxido de titanio de sus icónicas golosinas Skittles.
El compromiso con la salud no se detiene ahí. Sam’s Club planea retirar 40 ingredientes perjudiciales de sus productos de marca propia, mientras que el gigante Kraft-Heinz ha anunciado la eliminación de colorantes artificiales en sus productos en Estados Unidos. General Mills también se une a la causa, al prometer eliminar los colorantes artificiales de sus cereales y alimentos en las escuelas K-12.
Nestlé, Conagra Foods y JM Smucker son otros ejemplos de empresas que están revaluando sus ingredientes, apuntando a un futuro donde los productos que compramos son más limpios y seguros. Esta tendencia hacia una alimentación más saludable refleja una creciente demanda por parte de los consumidores que desean saber qué hay realmente en su comida.
A medida que este movimiento gana impulso, se hace evidente que las acciones de estas compañías no solo impactan su imagen, sino que también pueden tener un efecto significativo en los hábitos de consumo de millones de estadounidenses. La administración Trump, al fomentar estos cambios, busca tomar una fuerte posición contra los aditivos nocivos y abrir un camino hacia un futuro más saludable para todos.
Fuente: WhiteHouse.gov