El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado su retórica contra Venezuela al señalar que el país sudamericano les ha «quitado los derechos petroleros» a las empresas estadounidenses. Desde la base aérea Andrews, Trump enfatizó que el petróleo venezolano fue confiscado de manera ilegal y exhortó a recuperar esos derechos, indicando que el país tiene grandes reservas de oro negro que podrían ser explotadas por empresas estadounidenses. Estas afirmaciones llegan en medio de un contexto de gran tensión entre ambas naciones, marcado por un bloqueo total a los buques petroleros sancionados por el gobierno estadounidense.
El mandatario destacó las acciones recientes de su administración, que incluyeron la incautación de un buque venezolano y la confiscación del crudo que transportaba. Además, mencionó que la revisión de la historia petrolera de Venezuela muestra un proceso de nacionalización que comenzó en 1976, argumento que utiliza para catalogar la actual situación como un grave robo de bienes estadounidenses. Aunque la empresa Chevron continúa operando en el país bajo licencia, la administración Trump ha mantenido la presión, acusando al gobierno de Nicolás Maduro de estar vinculado con el narcotráfico.
Mientras la Casa Blanca se prepara para intensificar sus acciones contra el narcotráfico en Venezuela, el clima de confrontación no muestra señales de amainar. Trump ha prometido que las operaciones para atacar la infraestructura vinculada al narcotráfico en el país suramericano comenzarán «pronto», y en respuesta, Maduro ha convocado a sus ciudadanos para unirse a milicias que defiendan su soberanía. Este escenario complica aún más las relaciones entre ambos países y el futuro de la industria petrolera venezolana, que ha enfrentado décadas de cambios políticos y económicos.
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