El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha revelado que su administración llevó a cabo la destrucción de lo que describió como una «gran instalación» en su lucha contra el narcotráfico, que Washington atribuye al gobierno venezolano. Aunque no proporcionó detalles sobre si el ataque se realizó dentro del territorio venezolano, hizo hincapié en el impacto que tiene esta operación, calificándola de un «golpe muy duro» a la actividad ilícita que presuntamente se gestiona desde ese país.
Durante una entrevista en un pódcast, Trump mencionó que la instalación estaba relacionada con el tráfico de drogas y podría tratarse de una planta de producción de estas. Dicha acción se enmarca en una estrategia más amplia, que incluye el despliegue de fuerzas navales en el Caribe y el ataque a embarcaciones vinculadas a supuestos narcotraficantes. Esta intervención terrestre, de hacerse realidad, marcaría un cambio significativo en las tácticas empleadas por Estados Unidos, que hasta ahora se habían centrado en operaciones marítimas.
Hasta el momento, no ha habido una respuesta oficial de la Casa Blanca sobre la operación, y muchos se preguntan si esta acción abrirá un nuevo capítulo en la presión estadounidense sobre el régimen de Nicolás Maduro, quien ha sido acusado por Washington de liderar una extensa red de narcotráfico, algo que el gobierno venezolano ha negado rotundamente. Las tensiones entre ambos países han aumentado en los últimos meses, y esta reciente escalada podría señalar un endurecimiento de las acciones estadounidenses en la región.
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