En una escalada de las tensiones comerciales que han marcado la política internacional desde su inicio de mandato, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado una medida drástica en su estrategia contra lo que describe como prácticas comerciales injustas de la Unión Europea. A través de una publicación en Truth Social, Trump ha comunicado su decisión de imponer un arancel sin precedentes del 50% a todas las importaciones provenientes de la UE, una medida que pretende entrar en vigor el próximo 1 de junio.
Trump, conocido por su estilo directo y confrontador, no ha dudado en acusar a la UE de aprovecharse de la economía estadounidense. En su publicación, detalla una lista de lo que considera agravios comerciales, incluyendo “poderosas barreras comerciales”, el IVA, y una serie de lo que él llama «ridículas sanciones corporativas», que según sus cálculos, han generado un déficit comercial con la UE de más de 150 millones de dólares anuales. En una declaración que reitera su lema de «America First», Trump aclara, sin embargo, que ningún arancel afectará los productos fabricados dentro de los Estados Unidos.
La respuesta de la Unión Europea ha sido notablemente mesurada. La Comisión Europea no ha emitido comentarios inmediatos sobre el tema, pero se espera que las discusiones entre Maros Sefcovic, comisario de Comercio y Seguridad Económica de la UE, y Jamieson Greer, representante de Comercio de Estados Unidos, aborden de lleno esta nueva crisis. Estas conversaciones, ya programadas antes de anunciarse los aranceles, adquieren ahora una urgencia renovada.
El anuncio de Trump no es el primero de su tipo; el pasado 2 de abril, el mandatario ya había dado a conocer su intención de imponer tasas generales a cada país, inicialmente estableciendo un arancel general del 20% para la UE, el cual había sido temporalmente reducido al 10% hasta julio. Paralelamente, mantenía un arancel del 25% sobre el acero, el aluminio y los vehículos importados de Europa, destacando así su continuo esfuerzo por reequilibrar lo que considera una relación comercial injusta.
La Unión Europea no ha permanecido pasiva frente a las acciones de Trump. Tras el anuncio de los aranceles en abril, adoptó contramedidas valoradas en 20.900 millones de euros y planeaba llevar el caso ante la Organización Mundial del Comercio. Aunque hubo una pausa de 90 días en la imposición de aranceles generales, excluyendo los del acero y aluminio, esta nueva amenaza de aranceles del 50% podría agudizar las tensiones comerciales a niveles sin precedentes.
Mientras tanto, la propuesta de Bruselas de contramedidas por valor de 100.000 millones de euros habla del nivel de descontento en la UE y la seriedad con la que planea enfrentar esta última escalada, aunque estas medidas aún requieren tiempo para su implementación completa.
Con el anuncio de Trump y la respuesta pendiente de la Unión Europea, el escenario internacional se prepara para una nueva etapa de negociaciones comerciales, en las que los desequilibrios y las disputas pretenden ser solucionadas en un clima que, cada vez más, parece dirigirse hacia un terreno de confrontación directa.