En un reciente encuentro con la prensa a bordo del Air Force One, el presidente Donald Trump admitió que la Constitución de Estados Unidos le impide aspirar a un tercer mandato, una limitación que describió como «una lástima». A pesar de esta realidad, Trump se mostró optimista sobre sus actuales índices en las encuestas, afirmando que ninguno de sus predecesores había visto resultados tan positivos en años. Su deseo de volver a la contienda electoral marca un capítulo interesante en su carrera política, ya que ha insinuado posibilidades de regresar a la Casa Blanca.
Durante la conversación, el mandatario también manifestó su apoyo a una hipotética candidatura de su vicepresidente, JD Vance, para 2028, sugiriendo que un equipo junto a Marco Rubio como candidato a la vicepresidencia sería «invencible». Esta conversación no solo implica la ambición de Trump por seguir influyendo en la política estadounidense, sino que también refleja un desafiante ánimo de continuidad en su legado.
No obstante, la posibilidad de un retorno de Trump plantea interrogantes sobre cómo podría sortear la Enmienda 22, que limita a dos los mandatos presidenciales. Algunos de sus asesores han sugerido una estrategia poco convencional: que Trump se postule como vicepresidente y luego elija renunciar en favor de Vance. Esta compleja jugada podría abrir nuevas vías para el expresidente, quien sigue siendo una figura polarizadora y relevante en el actual panorama político.
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