El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha solicitado formalmente una investigación al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, tras lo que él describe como un «triple sabotaje» durante su reciente intervención en la Asamblea General. Según Trump, tres incidentes inusuales, que incluyen malfuncionamientos de una escalera mecánica, un teleprómpter y problemas de audio, han puesto en tela de juicio la seguridad y la fiabilidad del organismo internacional. En su publicación en Truth Social, el mandatario expresó su preocupación y enfatizó que estos sucesos no son simples coincidencias, sino parte de un «plan siniestro».
Los sucesos específicos, que casi resultan en un accidente para Trump y la primera dama, llevaron al mandatario a exigir la conservación de las cintas de seguridad relacionadas e involucrar al Servicio Secreto en la investigación. Mientras el clima de tensión se inmiscuía entre las declaraciones de Trump y las respuestas de la ONU, Guterres ya ha confirmado la apertura de una «investigación exhaustiva» y ha garantizado total transparencia para esclarecer los hechos. Sin embargo, representantes de la ONU, como la presidenta de la Asamblea General, negaron cualquier irregularidad, asegurando que los teleprómpters funcionan correctamente.
A pesar de las complicaciones técnicas, Trump salió a defender su discurso, que, según él, recibió elogios. A pesar de los contratiempos, reiteró que este tipo de incidentes refleja las dificultades que enfrenta la ONU en su misión global. En un contexto donde las tensiones políticas son palpables, este episodio pone de relieve no solo la rivalidad entre Trump y la ONU, sino también las preocupaciones sobre la seguridad y la operatividad de las instituciones internacionales en tiempos convulsos.
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