Triángulo de Amor Bizarro se presenta este viernes, 22 de noviembre, en el Círculo de Arte de Toledo como parte de su gira para conmemorar su veinte aniversario. A lo largo de este tiempo, la banda ha cultivado una conexión especial con su público, generando un «pequeño ambiente» durante sus actuaciones. Antes de cada concierto, los asistentes reciben un manual por e-mail que les anticipa lo que pueden esperar. Durante el espectáculo, un «ser del vacío» hace su aparición en el escenario, lanzando una baraja de Tarot al público. Dependiendo del palo que se extraiga, Triángulo de Amor Bizarro elige qué disco interpretar, creando así una experiencia única y personalizada cada noche.
En una reciente charla con Europa Press, los integrantes de la banda, Isabel Cea (voz y bajo), Rodrigo Caamaño (voz y guitarra) y Rafael Mallo (batería), compartieron reflexiones sobre estos 20 años de trayectoria. Rodrigo comentó que este tiempo ha sido un ejercicio de autoconciencia que les ha permitido aceptar su identidad musical sin intentar ser otra cosa. Isabel añadió que su inconformismo y la búsqueda de nuevos retos han sido claves para mantener su esencia y frescura. Rafa, por su parte, destacó que cada álbum ha sido una oportunidad para hacer algo distinto y que incluso tocar canciones antiguas les ha llevado a descubrir nuevos matices en su música.
Al ser preguntados sobre si habían esperado una carrera de dos décadas, Rafa señaló que, para él, no se esperaba nada, lo que abre las puertas a la aceptación y celebración. Rodrigo enfatizó que se han adaptado a los cambios y crisis del entorno, buscando reflejar en su arte lo que ocurre en el mundo real y evitando caer en el estrellato superficial.
Sobre los momentos memorables vividos, las respuestas fueron variadas. Rodrigo describió la montaña rusa emocional que acompaña a cualquier banda en su trayectoria, mientras que Rafa mencionó momentos destacados en conciertos y grabaciones. Isabel apuntó que han aprendido a disfrutar del proceso y que la vida en la música es también una filosofía que va más allá del trabajo.
Respecto a la experiencia de tocar cualquier disco en cada concierto, Rodrigo admitió que es un ejercicio contemplativo, que plantea un reto tanto técnico como artístico. Isabel bromeó acerca de ciertos discos a los que les tiene «miedo», reconociendo que con el tiempo la habilidad para interpretarlos ha evolucionado. Rafa añadió que no memorizar las canciones en sí aporta frescura, permitiendo variaciones en cada presentación.
La banda sigue adentrándose en un «limbo» creativo que les permite hacer lo que desean, lo cual ha sido fundamental para su funcionamiento. Mirando hacia el futuro, Rodrigo manifestó su deseo de componer material nuevo tras una intensa gira de cuatro años, y Rafa coincidió en la necesidad de regresar al estudio.
En cuanto al estado actual de la industria musical en España, Rodrigo reflexionó sobre su complicada situación, marcada por la dominancia de plataformas digitales que obligan a los artistas a ser más que músicos. Isabel lamentó que el éxito ahora depende de la cantidad de seguidores y reproducciones, lo que limita la creatividad. Rafa recordó épocas de mayor diversidad musical y cómo, en la actualidad, parece haber un estrechamiento en los estilos que se aceptan.
Así, Triángulo de Amor Bizarro sigue adelante, celebrando su legado y adaptándose con valentía a un panorama musical en constante evolución.