Netflix ha vuelto a capturar la atención de sus suscriptores y de la audiencia mundial con una serie de producciones que profundizan en oscuros hechos reales. Entre ellas, destacan una docuserie sobre un adolescente que asesinó a su familia en Jerusalén, y una miniserie sueca que narra la intrigante historia de un asesino que se esfumó sin dejar rastro. Estos estrenos refuerzan el auge del género true crime, manteniendo el interés y la fidelidad de los espectadores.
La plataforma ha explorado este género con éxito anteriormente, como lo demuestra el fenómeno «Dahmer», que se estrenó en octubre de 2022 y rápidamente se convirtió en objeto de conversación, análisis y, por supuesto, de no pocas polémicas. La serie, basada en la vida y crímenes de Jeffrey Dahmer, conocido como «el monstruo de Milwaukee», no solo atrajo masivas audiencias sino que también generó debates respecto a la ética de recrear estas historias tan trágicas y personales, además de recibir críticas y elogios por igual en cuanto a su enfoque y producción.
Ryan Murphy, uno de los creadores de «Glee», se consolidó como un referente de este género, logrando convertir historias criminales en narrativas de éxito mundial. Ahora, junto a su colaborador habitual, preparan nuevos episodios con actores de renombre como Javier Bardem y Chloë Sevigny, que se centrarán en los hermanos Menéndez, quienes fueron condenados por el asesinato de sus padres. Estas inclusiones prometen mantenerte al borde del asiento, explorando las profundidades del alma humana mediante relatos que entremezclan realidad y ficción.
Sin embargo, no todo son aplausos para el género. Recientemente, el True Crime ha sido objeto de controversia, llegando hasta los tribunales. Un fallo del Tribunal Supremo contra este tipo de producciones pone en el foco el debate sobre los límites de la representación de hechos reales y la responsabilidad de las productoras y plataformas al elegir sus historias. Este fallo podría marcar un antes y un después en cómo se narran estos relatos, impactando tanto en la forma de producir como en la elección de historias a contar.
Mientras tanto, series como «Dahmer» exploran profundamente no solo el accionar de los criminales sino también las fallas y despreocupación de las instituciones, aspectos que en muchas ocasiones permitieron que los asesinatos continuaran. La actuación de Evan Peters, quien da vida a Jeffrey Dahmer, ha sido particularmente aclamada por su capacidad para retratar la complejidad y horror del personaje. La serie no solo rinde un sombrío homenaje a las víctimas sino que también invita a la reflexión sobre las sombras más oscuras de la sociedad, incluida la ineficiencia y deshumanización de las fuerzas de seguridad y otros sistemas de protección ciudadana.
Así, Netflix continúa explorando el género del true crime, aprovechando el morbo y fascinación que este genera en la audiencia, pero también enfrentándose a las implicaciones éticas y legales de estas producciones. La pregunta es, ¿hasta dónde están dispuestas a llegar las plataformas de streaming en su búsqueda de historias cautivadoras y, a veces, escandalosamente reales? La línea entre el entretenimiento y el respeto a la tragedia real es cada vez más delgada.