Tras el Mito de Poniente: Revelando el Muro Histórico que Encendió la Imaginación de ‘Juego de Tronos’

En una fascinante intersección entre la historia y la fantasía, la emblemática serie de HBO «Juego de Tronos» ha vuelto a captar la atención de sus seguidores y aficionados a la historia por igual. La revelación de que el Muro de Poniente, uno de los elementos más icónicos de la serie, encuentra su inspiración en una construcción real, el Muro de Adriano, ha alimentado el interés por entender cómo elementos del pasado pueden moldearse en la narrativa de mundos completamente distintos.

Situado en el norte de Inglaterra, el Muro de Adriano fue erigido en el siglo II por orden del emperador romano Adriano. Con una extensión de 117 kilómetros, su objetivo era proteger el límite más norteño del Imperio Romano en Britania de las incursiones de tribus consideradas bárbaras. En la actualidad, se mantiene como uno de los vestigios más significativos de la presencia romana en el Reino Unido, simbolizando la histórica división entre Escocia e Inglaterra.

La correlación entre el Muro de Poniente y el Muro de Adriano es innegable, ambos servían como barreras defensivas separando civilizaciones «civilizadas» de las tierras más allá, percibidas como salvajes y peligrosas. No obstante, la diferencia en su materialidad y propósito—uno construido de piedra y el otro de hielo, uno un emblema de la fortaleza imperial y el otro, la última defensa contra los peligros desconocidos—resalta la capacidad de «Juego de Tronos» para transformar y reinscribir la historia en un contexto de fantasía.

La serie, basada en la obra «Canción de Hielo y Fuego» de George R.R. Martin, no ha sido ajena a integrar en su narrativa complejos entramados políticos y sociales, así como referencias históricas que añaden un nivel de profundidad y realismo a su mundo fantástico. Desde localizaciones que evocan la grandiosidad de paisajes reales hasta personajes inspirados, en parte, por figuras históricas, «Juego de Tronos» ha logrado tejer una rica tela de referencias que enriquecen su mundo.

En este sentido, el Muro de Poniente se erige no solo como una barrera física dentro del relato, sino como un símbolo de cómo la ficción puede dialogar con la realidad, extrayendo elementos de nuestro pasado y dotándolos de nuevo vigor en relatos que, aunque ficticios, resuenan intensamente con el espectador.

Además de su inspiración en construcciones históricas, la serie ha reavivado el interés en varias localizaciones de rodaje, desde la majestuosidad de la Catedral de Santa María de Gerona en España hasta el imponente Real Alcázar de Sevilla, lugares que ahora disfrutan de un renacimiento turístico gracias a su asociación con la serie.

Así, la revelación de las fuentes de inspiración detrás del Muro de Poniente y otros elementos de «Juego de Tronos» subraya la permeabilidad entre historia y ficción, mostrando cómo el pasado puede ser reimaginado en narrativas que, aunque distantes en tiempo y espacio, siguen siendo profundamente humanas en su esencia.

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