La reciente violación del espacio aéreo polaco por drones rusos, que alcanzaron un edificio residencial en Wyryki sin dejar víctimas, ha incrementado las tensiones en Europa del Este. En respuesta, Polonia derribó varios de estos drones con apoyo de la OTAN y activó el artículo 4 del Tratado Atlántico Norte, que permite a los miembros consultar cuando su seguridad está en peligro. Este movimiento ha reavivado el debate sobre el artículo 5, que establece la defensa mutua entre los países aliados en caso de agresión.
El artículo 5 ha sido utilizado una sola vez en la historia de la OTAN, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, lo que llevó a una respuesta militar concertada. Sin embargo, la aplicación de este principio no implica una reacción uniforme; cada estado tiene la libertad de decidir el tipo y el grado de apoyo que proporciona. Esto otorga flexibilidad a las naciones miembros y permite adaptar las respuestas a contextos específicos.
Polonia, al activar el artículo 4, busca garantizar consultas y posiblemente una mayor colaboración con sus aliados en un momento crucial. Aunque se considera un mecanismo de disuasión contra agresiones externas, la invocación del artículo 5 no significa de manera automática un conflicto armado, sino más bien un esfuerzo por mantener la cohesión en la Alianza Atlántica y responder de forma unida a las amenazas emergentes.
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