En una reciente orden ejecutiva emitida por el Presidente de los Estados Unidos, la administración ha marcado un rumbo claro hacia la modernización de los procesos de adquisiciones en defensa y la revitalización de la base industrial de defensa del país. Este esfuerzo se alinea con el compromiso de garantizar que las fuerzas armadas estadounidenses tengan acceso a las capacidades bélicas más avanzadas del mundo.
El documento destaca el papel central de la base industrial de defensa en el fortalecimiento de la capacidad militar nacional, argumentando que la rapidez y flexibilidad en las adquisiciones son esenciales para mantener una ventaja decisiva en el campo de batalla del futuro. Sin embargo, se reconoce que el sistema actual ha estado afectado por prioridades mal dirigidas y una gestión ineficaz que ha limitado su capacidad de respuesta.
La estrategia presentada busca acelerar el proceso de adquisición y promover la innovación a través de una serie de reformas. Se requerirá que el Secretario de Defensa presente un plan en un plazo de 60 días con el objetivo de utilizar de manera más eficiente las autoridades existentes, incluyendo un enfoque por soluciones comerciales y otras vías que faciliten las adquisiciones. Este plan también abordará la necesidad de revisar roles y funciones dentro de la fuerza laboral de adquisiciones para eliminar tareas innecesarias y facilitar la toma de decisiones.
Uno de los aspectos más destacados de la reforma es la creación de un Consejo de Dirección de Configuración, que permitirá gestionar los riesgos de los programas de adquisición de manera más efectiva. Además, se promoverá la eliminación de regulaciones internas que obstaculicen un proceso de adquisición ágil y eficiente. La administración está comprometida a aplicar una regla de simplificación que reduciría la burocracia permitiendo la implementación de nuevas regulaciones solo cuando se eliminen otras existentes.
Otro punto clave es la reestructuración de la fuerza laboral de adquisiciones. El Secretario de Defensa tiene un plazo de 120 días para presentar un plan que incluya métricas de evaluación más efectivas y una mejor capacitación adecuada para el personal encargado de estas adquisiciones, así como incentivando el uso de métodos innovadores en la adquisición de tecnología y recursos.
Además, un compromiso significativo con la revisión de los Programas de Adquisición de Defensa Mayores (MDAP) será crucial. Este proceso incluirá la evaluación de aquellos programas que no cumplan con los objetivos políticos establecidos, y se valorará la posible cancelación de aquellos que presenten retrasos o sobrecostos significativos.
Por último, la administración busca realizar una revisión comprensiva del Sistema de Integración y Desarrollo de Capacidades Conjuntas, un paso hacia la aceleración y simplificación del proceso de adquisición militar.
Con estas medidas, el gobierno estadounidense pretende no solo actualizar sus métodos de adquisición, sino también fomentar un entorno que aliente la innovación y agilidad en un sector crítico para la seguridad nacional. La implicación es clara: en un mundo donde el contexto geopolítico evoluciona rápidamente, la capacidad de respuesta del aparato militar a través de reformas en la adquisición es más crucial que nunca.
Fuente: WhiteHouse.gov
