En 2013, la trágica muerte de Ionuț Anghel, un niño de cuatro años atacado por un grupo de perros callejeros en Bucarest, llevó a Rumanía a aprobar rápidamente una ley controvertida que prioriza la eutanasia de estos animales si nadie los reclama en un plazo de 14 días. Este hecho, que marcó un hito en la gestión de la problemática de los perros en las calles rumanas, reveló una crisis sin precedentes en el país, donde se estima que hay decenas de miles de perros vagando. Desde entonces, las medidas adoptadas han sido vistas como una respuesta desesperada a un problema que viene desde hace años, exacerbado por la falta de concienciación y la irresponsabilidad de muchos dueños de mascotas.
La gestión de los perros callejeros se convirtió en un tema candente tras varios ataques fatales, alimentando el temor entre los ciudadanos. Las reacciones van desde la culpabilización de los dueños hasta la advertencia de que se trata de un ecosistema complejo que requiere una solución más que la simple eliminación de los animales. Organizaciones como Four Paws han señalado a Rumanía como la nación europea con mayores problemáticas en este ámbito, al aplicar activamente una legislación de sacrificio que ha llevado a la muerte de miles de caninos. Y aunque hay iniciativas como la esterilización y la adopción para solucionar el dilema, la situación sigue siendo crítica.
Mientras tanto, en Bucarest, la preocupación por la creciente población de gatos callejeros pone de manifiesto que la crisis animal podría extenderse si no se adoptan medidas efectivas y sostenibles. Algunos expertos claman por un cambio de mentalidad, resaltando la importancia de educar a la población sobre la tenencia responsable de mascotas. En otras ciudades europeas, como Sofía, se han implementado políticas más humanas que han logrado reducir la población de perros a través de la captura y esterilización, demostrando que existen alternativas más eficaces y compasivas frente a la problemática que enfrenta Rumanía.
Artículo resumido que puedes leer completo aquí
