En una serie de eventos sin precedentes que ha sacudido a Mozambique, un país ya afectado por tensiones políticas y sociales, un enfrentamiento masivo tras la fuga de 1.534 presos de una cárcel de máxima seguridad ha resultado en la muerte de al menos 33 personas. Los violentos incidentes, que tuvieron lugar en las áreas circundantes de la capital, Maputo, se desencadenaron por las fuertes protestas poselectorales que han agitado al país desde el lunes. La Policía, en una actualización reciente, ha confirmado estos trágicos hechos.
El caos comenzó en el Establecimiento Penitenciario de la Provincia de Maputo, ubicado en Matola, donde, según informes policiales, manifestantes subversivos convocaron una protesta ruidosa frente al recinto, exigiendo la liberación de varios reclusos. Esta manifestación externa, sumada a la ya tensa atmósfera interna, provocó una serie de disturbios que culminaron con el colapso de un muro de contención. Aprovechando el desorden, un total de 1.534 reclusos lograron evadir la seguridad y escaparon, llevando a un enfrentamiento directo entre las fuerzas del orden y tanto los manifestantes como los fugitivos.
Bernardino Rafael, el comandante general de la Policía de la República de Mozambique, reveló en una conferencia de prensa que el enfrentamiento no solo resultó en la muerte de 33 personas sino que también dejó 15 heridos. Hasta ahora, las autoridades han logrado recapturar a 150 de los reclusos fugados.
En respuesta a este caos, Rafael advirtió sobre un esperado aumento en la tasa de criminalidad en Maputo y sus alrededores, haciendo un llamado a la población para que se uniera en esfuerzos para combatir este incremento de delitos. Este incidente se suma a una serie de eventos que han exacerbado el estado de inseguridad en el país, incluida la invasión de otra prisión en Manhiça, de la que se liberaron más reclusos, y un intento de fuga en la prisión de Mabalane, donde escaparon 29 terroristas condenados, uno de ellos considerado de alta peligrosidad.
Estos disturbios carcelarios reflejan un nivel de descontento y desesperación profundamente arraigados en ciertos sectores de la población, exacerbados por los recientes resultados electorales que vieron al Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo) proclamar su victoria. Según la ONG Plataforma Electoral Decide, las manifestaciones violentas que siguieron al anuncio de los resultados ya habían resultado en la muerte de al menos 56 personas antes de este incidente penitenciario.
Mozambique se enfrenta ahora a la tarea de restaurar el orden, no solo en sus instituciones correccionales sino en todo el tejido social, desgarrado por la polarización política y el descontento civil. Este incidente plantea serias preguntas sobre la gestión de la seguridad y los derechos humanos dentro del sistema penitenciario, y destaca la volátil situación política y social del país.