En un trágico accidente en la turística mina de oro Mollie Kathleen en Cripple Creek, Colorado, al menos una persona murió y otras 23 resultaron heridas después de quedar atrapadas a más de 300 metros de profundidad. El incidente, que ocurrió el jueves, fue causado por un fallo mecánico en el sistema de ascensores de la mina, resultando en un grupo de turistas atrapados durante más de seis horas.
Los esfuerzos de rescate se desarrollaron rápidamente, y once personas fueron rescatadas casi de inmediato. Sin embargo, una docena más permaneció en las profundidades de la mina, enfrentándose a temperaturas gélidas, durante seis tensionantes horas antes de ser evacuados con éxito por la noche. Entre los rescatados había dos niños, sumando alivio a la tensa situación. El sheriff del condado de Teller, Jason Mikesell, celebró el éxito del operativo sin dar mayores detalles sobre las causas del incidente.
El primer indicio de problemas surgió al mediodía del jueves cuando se detectó un problema mecánico en el sistema de ascensores de la mina, desencadenando una situación de «grave peligro» para los visitantes, según declaraciones de Mikesell en una conferencia de prensa. A las personas atrapadas se les proporcionó agua, mantas y una radio mientras duró el rescate, mitigando en lo posible el riesgo para su salud y seguridad. La investigación sobre el accidente continúa abierta, buscando comprender las causas detrás de la falla del ascensor.
La comunidad expresó su alivio y gratitud hacia los servicios de emergencia por el rescate seguro de los individuos atrapados, mientras que las condolencias fueron enviadas a la familia del fallecido, cuyo cuerpo fue recuperado durante el operativo inicial. La rápida acción de los inspectores y equipos de rescate, que aseguraron el funcionamiento del ascensor para evacuar de a cuatro personas por vez, fue crucial para el índice de supervivencia.
La mina Mollie Kathleen, que ha sido una popular atracción turística familiar durante más de 50 años, había experimentado un incidente previo en 1986, cuando dos personas quedaron atrapadas en un ascensor, si bien en aquella ocasión no se registraron daños materiales. Este reciente suceso hace revivir las preocupaciones por la seguridad de las instalaciones destinadas al turismo en la región.