En un trágico suceso que ha conmocionado tanto a comunidades españolas como neoyorquinas, el presidente de la filial de Siemens en España, Agustín Escobar, su esposa Merce Camprubi Montal, y sus tres hijos han perecido al estrellarse el helicóptero en el que viajaban sobre las aguas del río Hudson en Nueva York. Este lamentable accidente también cobró la vida del piloto, contabilizando un total de seis fallecidos, según lo confirmado por las autoridades a medios de prensa.
La familia Escobar, que ocupaba prominentes posiciones en el sector tecnológico y energético, estaba disfrutando de un tour panorámico de la ciudad, ofrecido por New York Helicopter Tours, cuando su aeronave, un Bell 206, sufrió una catastrófica pérdida de control a tan solo 15 minutos de haber despegado del helipuerto de Downtown Manhattan. Siguiendo una ruta inicial hacia el sur y después hacia el norte alrededor del puente George Washington, para finalmente dirigirse nuevamente hacia el sur a lo largo de la costa de Nueva Jersey, el helicóptero se precipitó sobre el río alrededor de las 15:15 hora local, en condiciones meteorológicas de frío extremo.
Reportajes televisivos corroboran la severidad del accidente, mostrando el helicóptero desplomándose con la cola separada del fuselaje, mientras que aspas parecía seguir girando independientemente en el aire, testimoniando la violenta naturaleza del desastre.
Equipos de rescate, compuestos por buzos de la Policía de Nueva York y de Nueva Jersey, al igual que del cuerpo de bomberos, fueron desplegados inmediatamente, logrando recuperar los cuerpos sin vida de las víctimas, aunque todavía resta por determinarse si alguno había sobrevivido inicialmente al impacto.
La comunidad ha expresado su duelo y consternación ante este suceso. Michael Roth, director ejecutivo de New York Helicopter Tours, añadió a la consternación general con sus palabras al New York Post: «Estoy devastado. No he visto nada igual en los 30 años que llevo en el negocio de los helicópteros». Por otro lado, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, resumió el sentir general al mencionar que «seis almas inocentes han perdido su vida» en un accidente «que destroza el corazón y es peor de lo que podríamos haber imaginado».
Estos eventos han reavivado el debate sobre la seguridad de los vuelos turísticos en áreas densamente pobladas y cómo estos accidentes pueden prevenirse en el futuro para evitar que tragedias de esta magnitud se repitan, llevando duelo a más familias.