En una dramática estampida ocurrida este martes en el norte de la India, específicamente en el estado de Uttar Pradesh, más de cincuenta personas perdieron la vida durante una ceremonia religiosa en el distrito de Hathras. Según informes de las autoridades locales, la cifra de víctimas fatales se encuentra entre 50 y 60, con varios heridos llevados a hospitales cercanos para recibir tratamiento. El magistrado del distrito, Ashish Kumar, comunicó a la prensa que la administración está profundizando en las investigaciones para determinar las causas precisas de este desafortunado suceso. A pesar de contar con permiso y medidas de seguridad proporcionadas por las autoridades, el evento acabó en tragedia poco después de su conclusión.
Testigos presentes en la ceremonia describieron una escena caótica donde, al finalizar el acto religioso, la multitud comenzaba a dispersarse y algunos tropiezos consecutivos con una zanja antes de alcanzar la carretera causaron una peligrosa caída en cadena. Por el momento, las autoridades aún no han proporcionado un motivo específico tras el infortunado suceso, pero han asegurado que ya está en marcha una investigación exhaustiva para esclarecer todos los aspectos relacionados con la estampida.
Desde el Parlamento de la India, el primer ministro Narendra Modi expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y deseó una rápida recuperación a todos los heridos. Modi enfatizó el compromiso de la administración para facilitar los trabajos de socorro y rescate, destacando la supervisión directa del gobierno estatal en las medidas de emergencia.
Este tipo de incidentes no son ajenos en las celebraciones religiosas de la India, donde las avalanchas y estampidas son lamentablemente frecuentes. Factores como la gestión deficiente de grandes multitudes y la precariedad de las infraestructuras en lugares de culto suelen ser causas comunes detrás de estas tragedias. La peor tragedia de este tipo en años recientes se registró en enero de 2011 en el estado de Kerala, al sur del país, donde 102 personas fallecieron en circunstancias similares.
Las autoridades indias enfrentan el persistente desafío de mejorar la seguridad en eventos masivos, especialmente aquellos de carácter religioso que atraen a grandes concentraciones de fieles, para prevenir futuras tragedias de esta índole. Mientras tanto, el país se une en el luto por las víctimas de esta reciente catástrofe, en espera de respuestas y soluciones que garanticen la seguridad de sus ciudadanos en eventos de gran afluencia.
