En un recuento trágico que refleja la gravedad del conflicto en la Franja de Gaza, el Ministerio de Sanidad de este enclave gobernado por Hamás ha reportado que, desde el inicio de las hostilidades hace más de catorce meses, más de 45.000 personas han perdido la vida. Tan solo en las últimas 24 horas, las morgues gazatíes han recibido al menos 52 nuevos cadáveres, mientras que otros 203 palestinos resultaron heridos debido a los recientes ataques israelíes. Este ya elevado número de fallecidos, establecido actualmente en 45.028, podría incrementarse aún más, ya que se estima que aproximadamente 11.000 cuerpos de personas desaparecidas todavía yacen bajo los escombros.
Un bombardeo realizado durante la noche del domingo contra una escuela en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, se cuenta entre los ataques más mortíferos recientes, dejando al menos 20 muertos. El Ejército israelí ha confirmado su participación en este ataque, repitiendo su afirmación de que Hamás utiliza civiles como «escudos humanos», pero sin especificar una cifra exacta de víctimas mortales.
El sufrimiento extendido en la Franja también se ve exacerbado por las condiciones de vida precarias que enfrentan sus habitantes, sobre todo, con la llegada del invierno. El Consejo Noruego para los Refugiados (NRC) ha alertado que cerca de un millón de palestinos encaran el frío invernal sin refugios adecuados, lo que los expone a enfermedades como la hipotermia. Las restricciones israelíes a la importación de materiales de construcción han limitado severamente la capacidad de respuesta de las organizaciones humanitarias para proveer albergues de emergencia que aguanten el rigor del invierno. Entre septiembre y noviembre, tan solo 123 camiones de ayuda ingresaron a Gaza, portando un escaso suministro de tiendas de campaña y equipos de sellado insuficientes para satisfacer las enormes necesidades de la población.
La situación se ha agravado aún más por el asedio israelí en el norte del enclave desde principios de octubre, provocando el desplazamiento forzado de miles de palestinos hacia áreas más al sur. La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) investiga denuncias acerca de que, tan solo durante la noche, aproximadamente 1.500 residentes fueron obligados a abandonar Beit Hanoun, en dirección a la Ciudad de Gaza. La OCHA ha reiterado la importancia fundamental de proteger a los civiles y garantizar su acceso al apoyo necesario para sobrevivir, ya sea que opten por desplazarse o permanecer en sus ubicaciones actuales.
Este prolongado conflicto continúa cobrando un precio devastador en vidas humanas y en el bienestar de miles de personas atrapadas en el fuego cruzado, mientras el mundo observa las crecientes cifras de víctimas y el deterioro de las condiciones de vida en Gaza con creciente alarma.