La música retomó su sitio en «El hormiguero» este lunes, con las Azúcar Moreno iluminando el escenario. Las hermanas Salazar, Toñi y Encarna, compartieron un sinfín de anécdotas durante su visita al programa de Pablo Motos en Antena 3, promocionando su nuevo sencillo «Ya no queda nada». Las risas y las historias curiosas no faltaron, especialmente cuando revelaron su peculiar aversión a los ascensores, fruto de un incidente en Argentina con un equipo de rugby que las dejó «traumatizadas».
Aunque a primera vista parezca un simple miedo, esta fobia tiene raíces profundas para las hermanas, al punto de influir en la elección de sus habitaciones de hotel siempre en la planta baja y en la residencia de Toñi, quien vive en un tercer piso por decisión propia. Más allá de las risas que estas historias pudieron provocar, hay una genuina lucha con los miedos a espacios cerrados, algo que Encarna intentó superar en 2022 en el programa «Los miedos de», emitido en Cuatro, aunque sin éxito, llegando a decir que su experiencia la dejó aún más asustada.
Su resistencia a participar en actividades que enfrenten su fobia al encerramiento, como entrar en una alcantarilla, propuesta por el programa, resalta una realidad humana muy presente incluso entre las estrellas: la lucha contra los miedos personales. A pesar de su valentía al enfrentar públicamente estas situaciones, Encarna reconoce que hay límites en la superación personal, señalando que la victoria sobre ciertos traumas, como el de los ascensores, es importante, pero cuestiona la relevancia de superar el miedo a situaciones inusuales, como entrar en una alcantarilla.
La visita de Toñi y Encarna a «El hormiguero» sirvió no solo para promocionar su música sino también para proporcionar un vistazo a la humanidad detrás de las luminarias, con sus miedos y desafíos, demostrando que detrás del brillo de los escenarios, hay experiencias y temores muy terrenales que las conectan con su público de una manera más profunda.