'Tomafrán', tomate y azafrán se dan la mano en un híbrido genético nacido en UCLM con aplicaciones en alzheimer o glioma

'Tomafrán', tomate y azafrán se dan la mano en un híbrido genético nacido en UCLM con aplicaciones en alzheimer o glioma

Juntar las propiedades del azafrán con las del tomate para combatir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o descubrir nuevas vías de investigación contra patologías sin cura es, grosso modo, el objetivo de un grupo de investigadores del Instituto Botánico de la Universidad de Castilla-La Mancha.

La nueva planta, denominada ‘Tomafrán’, se ha conseguido a través de la ruta de síntesis de los pigmentos que dan el color y el sabor al azafrán, como ha explicado a Europa Press el doctor Oussama Ahrazem.

«Hemos cogido tres genes propios del azafrán, más un gen de selección, y hemos puesto un promotor que simplemente actúa como un interruptor, diciéndole a los genes donde se tienen que expresar. De esta forma, los genes solo se expresan en el fruto del tomate y no molestan a la planta, lo que permite que crezca de forma normal».

APLICACIONES EN LA SALUD Y LA COSMÉTICA

Así, este grupo de investigadores ha conseguido crear matas de tomates transgénicos, con múltiples propiedades para la salud. «Podría utilizarse para todas las propiedades ya conocidas del azafrán, tratando diversos tipos de enfermedades asociadas a problemas neurodegenerativos como el Alzheimer, el Parkinson o la demencia, pero estos compuestos también podrían servir para afrontar la cura de nuevas enfermedades que no han sido estudiadas con el azafrán, entre ellas el desarrollo de tumores como el de cerebro», ha detallado la doctora Lourdes Gómez.

Igualmente, tendría múltiples aplicaciones en el campo de la cosmética, gracias a los compuestos antioxidantes que contribuyen a ralentizar el envejecimiento de la piel. Además, presenta una ventaja, y es el bajo coste en comparación con el extracto de azafrán, «lo que permite poner más miligramos en 100 mililitros de crema».

PRUEBAS EN ALZHEIMER Y GLIOMA

En la actualidad, están colaborando con distintos grupos de investigadores de Italia y España, haciendo pruebas en el ámbito del Alzheimer, donde «está dando resultados muy buenos», al igual que para el glioma. No obstante, estas pruebas son todavía en organismos modelo. «Una vez sepamos bien cuáles son las vías que se activa y cómo actúan las crocinas en esos organismos, queremos trasladarlo a nivel de lo que serían las personas humanas», señala Gómez.

También tienen en marcha un proyecto, financiado por la Junta, donde pretenden «crear un supertomate». «Ya hemos obtenido unos 15 miligramos por gramo de crocinas en el tomate, que ya de por si es un hito único porque nunca se han obtenido cantidades tan elevadas en una planta, pero queremos subir esos niveles. Asimismo, queremos quitar los gentes de selección, es decir, el antibiótico que le hemos metido, para ver cómo se comportan esos extractos y si podemos llegar al mercado», ha señalado Ahrazem.

SE PODRÍA CONSUMIR EN FORMA DE SUPLEMENTO

En cuanto a su comercialización, aunque «todavía queda un poco lejos», esperan que sea posible dentro de dos o tres años. Una vez en los mercados, dado que la normativa de la Unión Europea restringe el consumo de alimentos transgénicos, se podría tomar en forma de suplementos alimenticios.

No obstante, en otros países sin estas limitaciones, sí que podría utilizarse para consumo de venta en comercios. «Podría venderse perfectamente en supermercados y fruterías para aquellos que quisieran un tomate de múltiple propiedades», destaca Gómez.

Desde el laboratorio, continúan trabajando en nuevas vías de aplicación de este «supertomate», y piden más apoyo por parte de las instituciones.

«Nosotros siempre hemos tenido financiación, pero es verdad que es escasa. En un laboratorio hacen falta manos, es difícil llevar un proyecto así entre pocas personas. Yo pediría un aumento del presupuesto, tanto para contratación de jóvenes investigadores como para la propia investigación. Si algo ha dejado claro la pandemia es la importancia de la ciencia, si no tienes un laboratorio ni gente trabajando en diferentes temas, al final te quedas a la cola», ha concluido Ahrazem.

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