Las capitales de Castilla-La Mancha han conmemorado el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, con actos institucionales que han reflejado una notable disparidad en su enfoque. Ciudad Real y Cuenca se destacaron por haber logrado capturar una imagen conjunta de representantes de diversas instituciones, simbolizando la unidad en la lucha contra este problema. En contraste, Toledo mostró una división significativa entre las administraciones locales, llevando a cabo actividades separadas y generando tensiones políticas.
En Albacete, el alcalde Manuel Serrano lideró un acto en el que participaban representantes de otras instituciones, mientras que el presidente de la Diputación, Santiago Cabañero, y el delegado de la Junta, Pedro Antonio Ruiz Santos, se trasladaron a Munera para apoyar un evento organizado por el Gobierno regional. Este contexto de unión se contrastó con el de Toledo, donde a primera hora del día se colocó un lazo blanco en el balcón del Ayuntamiento por parte de la concejal Marisol Illescas, quien subrayó la importancia de la lucha conjunta contra la violencia de género. Sin embargo, esta acción se vio eclipsada por la protesta de ediles socialistas, que se agruparon en la plaza del Ayuntamiento, denunciando la falta de compromiso del equipo de gobierno en la erradicación de la violencia contra las mujeres.
Milagros Tolón, delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, participó en un minuto de silencio a las puertas de la Delegación, donde destacó la urgencia de luchar contra las políticas negacionistas en relación con la violencia de género. Lamentó que el Ayuntamiento de Toledo no haya impulsado ninguna manifestación en esta fecha y apuntó que la falta de una declaración institucional es un claro retroceso en las políticas de igualdad desde la llegada de Vox al gobierno.
En Cuenca, en un acto donde participó el presidente de la Diputación, Álvaro Martínez Chana, se leyó un manifiesto que enfatizaba la necesidad de continuar la lucha contra la violencia de género hasta que la cifra de víctimas sea cero. Por su parte, en Ciudad Real, Miguel Ángel Valverde, presidente de la Diputación, y Francisco Cañizares, alcalde de la capital, reafirmaron su compromiso con la eliminación de la violencia hacia las mujeres, subrayando que esta lucha debería trascender las diferencias ideológicas.
Desde Albacete, el alcalde Manuel Serrano recordó la importancia de no permanecer en silencio ante el maltrato, anunciando la instalación de un espacio simbólico que reforzaría el mensaje de que la ciudad no tolera ninguna forma de violencia machista.
En Talavera de la Reina, el alcalde José Julián Gregorio insistió en la necesidad de un esfuerzo conjunto para garantizar la seguridad de mujeres e hijos alejados de la violencia. En Valdepeñas, su alcalde, Jesús Martín, hizo un llamado a romper el silencio frente a la violencia de género, destacando que incluso una sospecha puede salvar vidas.
El profundo contraste entre las distintas capitales y su abordaje de esta problemática social evidencia la necesidad de un compromiso unificado y sostenido en la lucha contra la violencia hacia las mujeres en Castilla-La Mancha.