La ciudad de Toledo ha recibido un significativo impulso a sus esfuerzos de sostenibilidad con la inauguración de su Oficina de Transformación Comunitaria este martes. Situada en las instalaciones de la Empresa Municipal del Suelo y la Vivienda (EMV), la nueva entidad se centrará en promover la formación de comunidades energéticas locales. Estas comunidades estarán compuestas tanto por empresas como por particulares interesados en producir, distribuir y consumir energía de manera colectiva. Con especial énfasis en los entornos empresariales del Polígono Industrial y los habitantes del Casco Histórico, se busca abarcar el interés energético a nivel de toda la ciudad.
Carlos Velázquez, alcalde de Toledo, junto con José Manuel Velasco, concejal de Turismo, Vivienda y Relaciones con la UCLM, y José Manuel López, gerente de la EMV, han sido los encargados de presentar la oficina durante una rueda de prensa. Velázquez ha resaltado que las comunidades energéticas portan “beneficios económicos, sociales y medioambientales”. La expectativa del alcalde es que la nueva oficina sea un catalizador para poner en marcha proyectos que considera fundamentales para la transición energética y la mejora de las condiciones de vida en Toledo.
La Oficina de Transformación Comunitaria, respaldada por fondos Next Generation y dotada con un equipo de nuevos profesionales, busca desempeñar un papel proactivo en la realización de un Polígono Industrial sostenible y eficiente, que pueda servir de referencia en materia de energías renovables. Entre los planes expresados por el alcalde figuraba la posibilidad de instalar paneles solares que no solo reduzcan la factura de las empresas, sino que también generar un excedente de energía destinable al uso municipal.
El papel de la oficina será también de orientador para que tanto las personas como las empresas accedan a ayudas estatales, autonómicas y locales relativas a la energía, manteniendo siempre en el punto de mira el impulso a la creación de comunidades energéticas.
Un capítulo aparte lo constituyen los vecinos del Casco Histórico de Toledo, cuya configuración urbanística presenta desafíos únicos que hasta ahora impedían la instalación de paneles solares. Velázquez ha subrayado que, gracias a cambios normativos que permiten que las comunidades energéticas puedan situarse hasta a cinco kilómetros de distancia del punto de consumo energético, sería factible beneficiar a esta parte de la población con energía generada, por ejemplo, en instalaciones públicas ubicadas fuera de este distrito histórico.
Este proyecto se presenta como una oportunidad para incorporar la tecnología y la innovación en favor del medio ambiente y la economía local, ofreciendo una nueva forma de abordar la problemática del consumo energético en la ciudad de Toledo.
