Un trágico suceso sacudió el tranquilo barrio de Anderlecht, en Bruselas, la noche del domingo, dejando un saldo de un muerto y un herido, mientras el agresor aún evade a las autoridades. La fiscalía de Bruselas confirmó el lunes los lamentables hechos, que han planteado nuevamente inquietudes sobre la seguridad en la capital belga.
Los incidentes acontecieron cerca de la estación de Aumale, un punto habitualmente concurrido de Anderlecht, alrededor de las 20:50 horas locales. Testigos describen una escena caótica, donde un individuo armado con un rifle de asalto abrió fuego contra dos hombres, para luego huir a pie, desapareciendo entre las calles de la ciudad.
La policía, alertada por los disparos, se desplegó inmediatamente en un operativo de búsqueda, que incluyó registros en el barrio y el apoyo de un helicóptero de la policía federal. A pesar de los esfuerzos, el agresor sigue sin ser localizado, generando una atmósfera de tensión en la comunidad.
La calle de Sébastopol, próxima a un café cercano a la estación de metro Aumale, fue identificada como el escenario del ataque. A pesar de los esfuerzos de reanimación realizados por varias personas, uno de los hombres alcanzados por los disparos perdió la vida. La otra víctima resultó herida, y hasta el momento, no se han proporcionado detalles sobre su estado.
Se cree que el arma utilizada en el ataque fue un rifle Kalachnikov, lo que subraya la gravedad del hecho y los desafíos que enfrentan las autoridades en el control de armamentos de uso militar en manos de civiles.
Este último episodio de violencia se inscribe en una serie de tiroteos que han perturbado la paz en Bruselas en el último año, muchos de los cuales ocurren a plena luz del día y están frecuentemente relacionados con el tráfico de drogas.
En respuesta a la creciente inseguridad, Rudi Vervoort, ministro-presidente de la región de Bruselas, ha clasificado a Anderlecht, entre otros 15 lugares, como «puntos calientes» en una estrategia coordinada contra el narcotráfico. Esta estrategia permite controles de identidad y cacheos corporales sistemáticos, en un esfuerzo por restablecer el orden y la seguridad en estas áreas críticas.
La comunidad de Anderlecht, mientras tanto, queda a la espera de respuestas y acciones concretas que devuelvan la tranquilidad perdida, en medio de un ambiente cada vez más tenso por la violencia y el crimen.