Al menos trece personas han muerto y más de 300 han resultado heridas como consecuencia del terremoto de 6,7 de magnitud en la escala de Richter que ha sacudido este sábado la costa del Pacífico ecuatoriano. El sismo se ha producido aproximadamente a las 3:00 am hora local, con el epicentro localizado en la provincia de Manabí, a unos 80 km al sureste de la ciudad de Manta y a 10 km de profundidad, según informó el Instituto Geofísico de Ecuador.
Este movimiento telúrico ha dejado numerosos daños materiales y pérdidas humanas. El presidente del país, Guillermo Lasso, decretó el estado de excepción por 60 días en las provincias de Manabí y Esmeraldas para garantizar la atención a los afectados y la reconstrucción de las zonas afectadas.
El terremoto fue sentido en varias provincias del país y en algunas ciudades de Colombia y Perú, lo que motivó la rápida activación de los protocolos de emergencia. El Sistema Nacional de Alarma Sísmica de México (SASMEX) también detectó el sismo, aunque en ese país no se reportaron afectaciones.
En Ecuador, los hospitales y clínicas han sido desbordados debido a la gran cantidad de heridos, lo que ha llevado a las autoridades a hacer un llamado a la población para donar sangre y a los médicos y enfermeros a sumarse a la atención de los afectados. Las primeras horas tras el sismo fueron críticas, pues numerosas personas quedaron atrapadas bajo los escombros de edificios colapsados, lo que movilizó a los equipos de rescate para salvar vidas.
La ayuda internacional ha comenzado a llegar al país sudamericano. Países como México, Argentina, Colombia y Venezuela han enviado equipos especializados en rescate y atención de emergencias, así como alimentos y otros suministros para atender a los afectados.
El terremoto ha causado además cortes en el suministro eléctrico y problemas en las comunicaciones, lo que ha dificultado las labores de rescate y la coordinación de los equipos de ayuda. La infraestructura vial en la zona también ha sido seriamente afectada, con colapsos en carreteras y puentes que conectan las ciudades afectadas.
El último terremoto de gran magnitud que sufrió Ecuador fue en 2016, cuando un temblor de 7,8 grados dejó más de 650 muertos y miles de heridos. La costa ecuatoriana es una de las zonas más sísmicas del mundo, debido a la interacción de las placas tectónicas de Nazca y Sudamericana, que generan constantes movimientos y tensiones en la corteza terrestre.
Las autoridades ecuatorianas han pedido a la población que permanezca alerta ante posibles réplicas del terremoto y que siga las indicaciones de las autoridades locales y nacionales en caso de nuevas emergencias. El Instituto Geofísico de Ecuador continúa monitoreando el comportamiento del sismo y evalúa los riesgos asociados. En medio de la tragedia, la solidaridad de los ciudadanos y del mundo se hace presente en Ecuador, donde la vida y la esperanza se abren paso entre los escombros de la tierra que tiembla.
