DÍA MUNDIAL DEL ICTUS hoy domingo 29 de octubre
- Testimonio de superación de Juan Fermín Jaraíz de 48 años
- Paciente que sufrió un ictus y es un ejemplo de fortaleza: “Lo importante es que cada día puedas decir ‘te has salvado de un ictus’ y estás vivo”
Con motivo de la celebración del Día Mundial del Ictus, proclamado por la Organización Mundial de la Salud para hoy 29 de octubre, la Fundación Casaverde presenta el hilo argumental de la enfermedad “El ictus en primera persona 2023” con los detalles de un paciente ejemplo de superación y fortaleza para superar la enfermedad, el extremeño Juan Fermín Jaraíz, farmacéutico de Guijo de Granadilla y vecino de Guadalupe (Cáceres), al que el ictus cambió la vida.
En línea con la serie de relatos sobre el ictus que la fundación inició el pasado año con el testimonio de Pilar, de 55 años, que acompañada de su hija adolescente inició un camino de lucha y trabajo constante en rehabilitación, ahora en 2023, Juan Fermín Jaraíz, nos hace vivir el ictus en primera persona con su testimonio en el que hace hincapié: “que cada día puedas decir ‘te has salvado de un ictus’ y estás vivo”.
Hay que armarse de valor, echar mucha fuerza, tirar para adelante.
“Yo tenía una vida normal, pero en julio del año 2022, a raíz de padecer el Covid mi organismo sufrió cambios importantes y el 22 de diciembre me llegó la “lotería” de notar como ni siquiera era capaz de morder una croqueta. Me senté y pedí que llamaran al 112 porque intuí que me iba a dar un ictus. Tuve un ictus hemorrágico producido por una subida de hipertensión arterial a raíz del Covid. Fue primordial hacerlo así, que no me moviera del sitio al hospital, y que viniera la ambulancia a los 5 minutos con el Código Ictus activado. Fue todo muy, muy rápido Recomiendo especialmente que siempre se haga así, con una llamada al 112, porque los primeros momentos son trascendentales”.
Juan Fermín detalla como a partir de ahí su vida y la de su familia se trastocó totalmente y como transcurrieron sus primeros días en el hospital de Cáceres con todos los cuidados necesarios marcados en el protocolo de tratamiento de ictus. “En paralelo sufrí una angina de pecho el día de Nochebuena, y tras un tiempo de estancia en el hospital de Cáceres, sometido a diversas pruebas, me dieron el alta ahí y posteriormente ingresé en el Hospital de Rehabilitación Casaverde de Mérida. Aquí empecé la rehabilitación el 5 de enero de 2023 con los profesionales del centro, y con su ayuda y mi esfuerzo conseguimos importantes avances en la rehabilitación. Hasta el 29 de junio estuve ingresado y posteriormente visito el centro de Mérida para las terapias en régimen ambulatorio tres días a la semana. Estoy viviendo una etapa muy gratificante, donde mi familia, mi mujer y mis dos hijos de 11 y 8 años, juegan un importante papel de acompañamiento de afectos y cariño, y también terapéutico”.
La vida de Juan Fermín ahora es, según describe, más o menos normal en la actividad diaria y comenta como tuvo que manejar sus emociones con situaciones vividas como cuando ni siquiera podía realizar operaciones del banco porque no era posible el reconocimiento facial en el teléfono móvil: “Me impactó mucho que con los cambios originados en mi rostro por el ictus, no pudiera trabajar con el banco y se bloquearan las cuentas”. “No obstante funcionó muy bien el equipo formado por mi familia, los profesionales del centro y la tecnología avanzada aplicada, la actitud y el esfuerzo de todos y mío”.
“Pasé de la actividad constante a estar la mayor parte del tiempo en una cama. Daba conferencias y charlas en sesiones y congresos de mi profesión, disfrutaba con la comunicación, y tuve que dejarlo todo” (se interrumpe la entrevista con Juan porque afloran las emociones y saltan las lágrimas). Y continúa: “Quiero dejar constancia de como los profesionales del centro nos están ayudando a mis padres, a mi mujer y a mí, por supuesto. Es muy importante para un paciente de ictus el trato con los profesionales especialistas, pero también la convivencia con los demás pacientes que viven situaciones similares a la tuya”.
El paciente, la familia y el centro de rehabilitación: un triángulo de colaboración para superar el ictus. Creer y esperar
El testimonio de Isabel Cerro, la mujer de Juan Fermín, pone de relieve la importancia de la familia en el proceso de rehabilitación tras ictus: “Te cambia la vida, pero no eres consciente al principio. De repente te encuentras a una persona con escasa movilidad y la esperanza no la tienes al principio. Me tuve que plantear ocuparme de la familia, los niños, y recuerdo como otro paciente del centro me recomendó que acompañara a mi marido en todo momento para ayudarlo a superar la enfermedad, y el cuidado de los niños recayó en mi madre. El rayo de luz que ves es la evolución de la rehabilitación de Fermín, pero te cambia la vida, y quieres la normalidad de tu casa, el día a día normalizado y bien. Recomiendo creer y esperar, creer en el día de mañana y esperar a que llegue”.