El 16 de mayo no es una fecha cualquiera. Es un día cargado de memoria, de arte y de resistencia. Desde que la Fundación Toro de Lidia propusiera su celebración, el Día Internacional de la Tauromaquia se ha convertido en un símbolo: el de una cultura viva que, a pesar de los intentos de silenciarla, sigue latiendo con fuerza en el corazón de quienes la amamos.
Este día, además de conmemorar la figura inmortal de Joselito el Gallo, caído en Talavera un 16 de mayo de 1920, nos ofrece la oportunidad de alzar la voz en defensa de una de las expresiones culturales más profundas y genuinas de nuestra identidad: la tauromaquia.
No es un arte del pasado. Es presente, es vida, es arraigo. Es libertad frente al pensamiento único. Es cultura frente a la ignorancia. Y es también una escuela de valores, un motor económico y una expresión artística que, generación tras generación, ha sabido mantenerse viva a pesar de los ataques, la censura y el sectarismo.
Este año, para quienes formamos parte del Capítulo de Albacete de la Fundación Toro de Lidia, la celebración tiene un acento especial, mañana, 17 de mayo, se cumplen dos años desde nuestra fundación. Una feliz coincidencia que refuerza nuestro compromiso con la causa taurina. Dos años de trabajo, de presencia activa, de reivindicación cultural y de siembra constante en defensa de lo nuestro.
Desde Albacete hemos querido contribuir con tertulias, publicaciones, exposiciones, conferencias, y con un calendario vivo de actividad que se ha convertido en referencia, especialmente a través de nuestra Semana Taurino-Cultural, que ya es uno de los hitos anuales más relevantes.
Todo ello no habría sido posible sin el respaldo de muchas manos y voluntades. Queremos agradecer expresamente el apoyo de la Fundación Toro de Lidia, por su impulso y liderazgo nacional, y también el de las instituciones que, con su sensibilidad y compromiso, han hecho posible muchas de nuestras acciones. Y en este punto, nuestra gratitud más destacada es para la Diputación Provincial de Albacete, cuyo respaldo ha sido fundamental. También agradecemos el apoyo del Ayuntamiento de Albacete y de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Y, cómo no, a los medios de comunicación que han apostado por contar la tauromaquia con rigor, respeto y profesionalidad.
Frente a quienes pretenden reducirnos a una caricatura o enterrarnos en el olvido, seguimos aquí. Porque la tauromaquia no se impone, pero tampoco se esconde. No pide privilegios, pero sí exige respeto. Es un patrimonio cultural que no pertenece a una ideología ni a una época: pertenece al alma de un pueblo.
En este Día Internacional de la Tauromaquia, alzamos la voz por lo que somos, por lo que sentimos y por lo que defendemos. Y lo hacemos con serenidad, con convicción y con alegría. Porque el toro, como la libertad, no se domestica. ¡Viva la libertad! ¡Viva la cultura! ¡Y viva la tauromaquia!
Antonio Martínez Iniesta
Coordinador Capítulo de Albacete