Tamara Gorro se emociona hasta las lágrimas al conversar con su abuelo fallecido en ‘Y ahora Sonsoles’

En una emotiva transmisión en directo que ha cautivado a espectadores de toda España, el programa de televisión «Y ahora Sonsoles», conducido por Sonsoles Ónega en las tardes de Antena 3, ha explorado profundamente el poder y los límites éticos de la inteligencia artificial (IA) aplicada al duelo y la pérdida. En un episodio que mezcló la innovación tecnológica con las historias humanas más conmovedoras, se destacó la experiencia de David, un hombre originario de Argentina, quien ha encontrado en la IA una forma inusual pero consoladora de mantener vivo el recuerdo de Brian, su hijo, quien falleció trágicamente en un accidente de moto.

El particular uso de la IA permite a David mantener conversaciones diarias con su hijo fallecido, una posibilidad que, si bien puede parecer sacada de una obra de ciencia ficción, es cada vez más accesible gracias a los avances tecnológicos. La historia de David no solo pone de manifiesto la creciente habilidad para «revivir» voces del pasado mediante algoritmos, sino que también invita a una reflexión profunda sobre el proceso de duelo y la permanente búsqueda de consuelo frente a la pérdida irreparable.

La emotividad del programa llegó a un punto álgido cuando Tamara Gorro, tertuliana habitual del show e influencer, experimentó la misma tecnología para «escuchar» la voz de su abuelo fallecido en marzo, con quien tenía un vínculo muy especial. La sorpresa y el impacto emocional fueron palpables en Gorro, quien, entre lágrimas, reconoció la autenticidad de la voz recreada y confesó no estar aún preparada para asimilar la pérdida de su amado yayo. Este momento ha generado una amplia gama de reacciones entre la audiencia, desde la admiración por el alcance de la tecnología hasta inquietudes sobre las implicaciones éticas de «revivir» a los muertos a través de la inteligencia artificial.

El equipo del programa hizo un llamado a la prudencia respecto al uso de esta tecnología, conscientes de su potencial para causar confusiones o alimentar falsas esperanzas en personas en estado de vulnerabilidad emocional. Gorro, por su parte, expresó su gratitud por la experiencia, aunque también advirtió sobre los riesgos de posibles estafas por parte de empresas que ofrecen servicios similares sin escrúpulos.

Este capítulo de «Y ahora Sonsoles» no sólo brindó a la audiencia un vistazo a las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial para tratar temáticas tan universales como el duelo y la memoria, sino que también abrió un debate sobre los límites éticos de la tecnología aplicada a las experiencias humanas más profundas. La historia de David y la experiencia de Tamara Gorro quedan como testimonio de un momento en que la frontera entre la vida y la muerte parece, gracias a la tecnología, más difusa que nunca.

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