Durante una emocionante noche en el programa MasterChef, uno de los concursos de cocina más famosos del país, Tamara decidió abandonar la competencia, dejando a sus compañeros, al jurado, y a la audiencia completamente sorprendidos. Sin previo aviso, Tamara expresó que no se sentía a gusto participando en el reality, mencionando su constante nerviosismo, tensión y la presión que sentía, lo cual la llevó a no rendir al nivel que deseaba. Esta decisión fue tan repentina que incluso cambió por completo la atmósfera del programa esa noche.
Jordi Cruz, conocido por su carácter exigente y su alta demanda hacia los participantes, fue especialmente crítico con la decisión de Tamara. Cruz manifestó su molestia de manera contundente, indicando que su renuncia le quitaba la oportunidad a otras personas que hubieran querido estar en su lugar, limitándose a decir que lo mejor era que se fuera, evidenciando su desaprobación hacia la actitud de Tamara.
La actitud de Cruz contrastó con la de los otros miembros del jurado, como Pepe, quien intentó comprender las razones detrás de la decisión de Tamara, y Samantha Vallejo-Nágera, que recordó a Tamara haber mencionado anteriormente que priorizaba su bienestar y el de su familia. Sin embargo, la determinación de Tamara ya estaba tomada, lo que generó un ambiente tenso en el set, marcando la jornada con una «energía negra» tras su salida.
La partida de Tamara de MasterChef generó un gran revuelo no solo entre los concursantes, quienes mostraron reacciones mixtas entre la tristeza y la frustración, sino también en la audiencia, que no esperaba una renuncia voluntaria de esta magnitud. Este evento subraya la intensidad y la presión que pueden experimentar los participantes en competencias de alto nivel, poniendo a prueba no solo sus habilidades culinarias sino también su fortaleza emocional.
