El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha destacado la importancia de modificar urgentemente las reglas de explotación del trasvase Tajo-Segura, alertando de que el uso del diálogo no debe posponer un compromiso legal ya existente. García-Page ha hecho referencia a la generosidad histórica de su región en la provisión de agua, equivalente a 14,000 estadios Santiago Bernabéu para usos de consumo, pero ha subrayado la urgencia de atender también las necesidades de riego de Castilla-La Mancha.
El recordatorio de García-Page llega en el contexto de una reunión entre el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, y la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. El presidente castellanomanchego ha insistido en la necesidad de contar con una nueva normativa en la explotación del Tajo-Segura, un cambio que legalmente debería haberse ejecutado hace un año.
García-Page también ha señalado como una irregularidad ambiental el hecho de que el Tajo sea el único río de Europa sin caudal mínimo ecológico, una situación que ha clasificado como delito ambiental. Ha enfatizado la obligación legal de modificar las reglas de explotación para introducir este caudal mínimo y establecer un código de entendimiento basado en la solidaridad.
El presidente ha cuestionado la «doble vara de medir» cuando se trata de la distribución de agua en el Levante español, evidenciando la resistencia a compartir recursos hídricos a menos que sean obtenidos mediante desalación y destinados exclusivamente para el consumo, y no para riego. Además, ha reclamado seriedad en el tratamiento del tema, mencionando propuestas poco realistas como desembocar el Tajo directamente en el Mediterráneo, pese a la ventaja que representaría para Castilla-La Mancha el poder contar con el agua del mar para desalación y uso agrícola.
García-Page ha criticado que se hable de pactos sobre el agua en España únicamente cuando conciernen a Castilla-La Mancha, y ha abogado por una perspectiva más inclusiva que considere todos los ríos del país.
Finalizando su intervención, el presidente ha reconocido la necesidad de diálogo, que ya ha quedado reflejado en el plan hidrológico aprobado tras consulta social y coherente con resoluciones judiciales nacionales y europeas. No obstante, García-Page ha enfatizado que el diálogo no puede ser una excusa para demorar la rectificación de las reglas de explotación del trasvase Tajo-Segura, que debe acometerse sin más dilación.
