Taiwán experimentó un fuerte terremoto de magnitud 7,0 la noche del sábado, cuyo epicentro se localizó a 32,3 kilómetros al este de Yilan, a una profundidad de 72,8 kilómetros. A pesar de la intensidad del sismo, que se sintió con mayor fuerza en el norte del país, incluyendo Taipéi, los daños reportados han sido limitados y no se han registrado víctimas. Sin embargo, las autoridades han emitido alertas sobre la posibilidad de réplicas significativas en los días siguientes, sugiriendo a la población que tome precauciones.
El temblor alteró temporalmente el servicio ferroviario, con demoras en varios trenes debido a inspecciones de seguridad. Afortunadamente, tras las revisiones pertinentes, el sistema se restableció a la normalidad el domingo. Las autoridades de infraestructura confirmaron que no hubo daños relevantes en la red viaria, aunque se reportaron incidentes menores en instalaciones públicas y de transporte.
Taiwán es una región conocida por su elevada actividad sísmica, al estar situada en la convergencia de las placas tectónicas filipina y eurasiática. En la última década, ha experimentado varios terremotos de magnitudes importantes, lo que resalta la necesidad de estar preparados ante este tipo de eventos naturales. Mientras la isla se recupera de este último sismo, la población se mantiene alerta ante la posibilidad de nuevas sacudidas en los próximos días.
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