Un año tras su anticipado regreso a las pantallas, «Supernanny», el popular programa de coaching infantil liderado por Rocío Ramos-Paúl, permanece sin emitirse en Televisión Española, dejando a sus seguidores a la espera y generando un torbellino de controversia y debate público.
Inicialmente pautado para reanudarse durante el verano de 2024 en la cadena estatal, el proyecto se vio envuelto en polémica casi inmediatamente después de la publicación de su tráiler en redes sociales, a raíz de las acusaciones hacia un padre participante de lucir un tatuaje con simbología nazi. Aunque dichas afirmaciones fueron posteriormente desmentidas, el daño ya estaba hecho, y el escándalo plantó serias dudas sobre la idoneidad del programa dentro del marco de la televisión pública.
Este revuelo captó la atención no solo del público sino también de importantes figuras políticas y mediáticas. María Escario, por entonces defensora de la audiencia en RTVE, expresó su preocupación por los potenciales riesgos de «estigmatización» hacia los menores involucrados en el programa. Esta sensibilidad hacia la exposición de los niños en situaciones de conflicto personal y la posible violación de sus derechos fundamentales amplificó las voces contrarias a la emisión de «Supernanny» en la televisión pública.
La presión no solo provino de los defensores de los derechos de los menores y el público, sino también desde esferas gubernamentales. Sira Rego, la ministra de Juventud e Infancia en aquel momento, jugó un papel crucial en la decisión final de descartar la emisión del programa en el año 2024, dejando una ventana abierta hacia una posible reconsideración para 2025.
A pesar de las altas expectativas y la inversión realizada en el programa, cuyo presupuesto ascendió a 1.918.165,61 euros -principalmente destinado a la producción de ocho capítulos a cargo de Warner Bros International Television Production España-, «Supernanny» no ha logrado encontrar su lugar en la programación de RTVE hasta la fecha. Los detalles financieros, revelados tras una indagación del grupo parlamentario popular, destacan además el compromiso económico y los esfuerzos de producción que han quedado en el limbo.
La anticipación y el debate en torno a este programa resaltan la compleja dinámica entre el entretenimiento televisivo, los valores sociales y las responsabilidades de las cadenas públicas. La situación actual mantiene a todos en vilo: ¿logrará «Supernanny» superar las controversias y volver a conectar con el público español? Solo el tiempo dirá si este formato controvertido hará finalmente su reaparición en las pantallas de TVE o si, por el contrario, quedará relegado al archivo de proyectos no realizados.