Un proceso de rodaje sin precedentes en la televisión española
Si hay una palabra que pueda resumir el proceso del rodaje de «Sueños de Libertad» esa es intensidad. La serie no solo se graba con meses de antelación, sino que incluso lo hace a un ritmo de chaparrón: hasta un capítulo y medio por día, gracias a que hay tres unidades de rodaje trabajando a la vez. Natalia Sánchez y Alain Hernández, entre otros, han comentado la experiencia como «agotadora pero muy adictiva», una máquina que engrasa cada vez el ciclo y que no deja lugar para la improvisación.
Este sistema, tan exigente y extremo, ha permitido algo que no había ocurrido con anterioridad en ninguna serie de la televisión española: acumular un colchón de 147 entregas listas para ser emitidas. mientras «La Promesa» apenas ha conseguido dos meses por delante, «Sueños de Libertad» tiene un plan hecho a conciencia. «Es como correr un maratón a sprint», admitió Fran Moreta, uno de sus directores, cuando despidió el rodaje de la segunda temporada con un gran capítulo, el 478.
Pero no todo es sacrificio. Los actores han destacado cómo el ritmo les ha obligado a crecer profesionalmente y a adaptarse a guiones que varían o a rodajes interminables. «Cuando ves el resultado te das cuenta del porqué del sacrificio», confesó Ana Fernández (Digna) en una reciente charla. Y, efectivamente, la serie le da la razón: lo demuestra con números, y con distancias abismales con sus competidoras.
Es impresionante la logística que hay detrás de este sistema. Mientras un equipo se encuentra grabando exteriores en localizaciones reales, otro se halla ocupadísimo en el plató principal y el tercero se ocupa de las escenas más vertiginosas en cuanto a la dosis dramática. «Es un puzzle perfectamente orquestado», confiesa un miembro del departamento de producción. Esta organización es la que ha permitido evitar estos retrasos que suelen ser frecuentes en las series diarias, donde un parón sirve para que una situación te haga descuadrar un engranaje de la planificación.
La flexibilidad de los actores es otro de los secretos de la serie. Algunos, los casos más extremos han tenido que bailar en ocasiones, como el caso de Alba Brunet, han tenido que ausentarse por asuntos personales, pero los guionistas han incrustado esas ausencias en la trama sin que hayan existido problemas. «No se deja nada al azar; hasta el más mínimo detalle está calculado», explica un asistente de dirección. Esa flexibilidad para unos actores hace que no haya contradicciones en la narrativa de la serie, a pesar de su largo discurso narrativo.