En una vuelta de tuerca en las elecciones presidenciales de Moldavia, Alexandr Stoianoglo del Partido de los Socialistas pro-ruso se encuentra a la delantera con un 51,5% de los votos, superando a la actual presidenta Maia Sandu, quien busca la reelección. Estos resultados preliminares, surgidos tras el conteo del 81% de los votos, indican una posible inclinación del país hacia influencias más orientales, contrapuestas a las aspiraciones europeístas de Sandu.
Con una participación que roza el 54,21% del censo electoral, que supera los 3,3 millones de moldavos, la jornada destacó también por el considerable número de votantes en el extranjero, ascendiendo a más de 300,000. El recuento de votos de este segmento aún está pendiente y podría ser clave para los resultados finales.
Maia Sandu, en una rueda de prensa posterior al cierre de los colegios electorales, hizo un llamado a las comisiones electorales para que el conteo de votos se realice con la máxima precisión y honestidad, señalando la importancia de la transparencia en el proceso.
Este duelo electoral entre Sandu y Stoianoglo no solo refleja una lucha por el liderazgo nacional, sino que también plantea un contraste entre dos visiones de futuro para Moldavia: una integración más profunda con Europa o un acercamiento a Moscú. En la primera vuelta, Sandu obtuvo el 42,49% de los votos, una ventaja clara sobre Stoianoglo, quien consiguió el 25,95%. Sin embargo, la balanza parece haberse inclinado en esta segunda vuelta.
Este escenario electoral se desarrolla en un contexto en el cual la Unión Europea ha incrementado su apoyo a Moldavia para contrarrestar los intentos de desestabilización por parte de Moscú. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, visitó Moldavia en la víspera de un referéndum crucial para el futuro del país, reafirmando el compromiso europeo para con esta nación.
La conclusión de estos comicios no solo decidirá el próximo líder de Moldavia, sino que también podría definir el curso político y diplomático del país en el escenario internacional. Con los ojos del mundo puestos en Moldavia, la nación se encuentra en un cruce de caminos entre el Este y el Oeste.