Steve Jobs aplicaba la ‘regla de los 10 minutos’ para ser más productivo y además funciona

Steve Jobs, cofundador de Apple, era conocido no solo por su visión innovadora, sino también por su enfoque único hacia la productividad. Una de sus técnicas más famosas era la «regla de los 10 minutos», un método sencillo pero efectivo que lo ayudaba a tomar decisiones rápidas y mantenerse enfocado. Ahora, estudios recientes en el campo de la neurociencia y la psicología han validado lo que Jobs ya intuía: este tipo de técnicas pueden ser muy beneficiosas para mejorar la concentración y el rendimiento en el trabajo.

¿En qué consiste la «regla de los 10 minutos»?

La «regla de los 10 minutos» que Jobs aplicaba tiene una premisa básica: si se enfrentaba a una tarea difícil o una decisión importante, se daba solo 10 minutos para empezar a abordarla. Pasado ese tiempo, si aún sentía que no estaba listo o no tenía suficiente claridad, se permitía reconsiderar si seguir o no con esa tarea. Lo interesante es que, en la mayoría de los casos, comenzar la tarea resultaba en una mayor motivación para continuar, lo que lo ayudaba a superar la procrastinación y avanzar en su trabajo.

Esta técnica es una variación del conocido «método Pomodoro», que implica trabajar en bloques cortos de tiempo con pausas entre ellos, pero aplicada a la toma de decisiones rápidas y la superación de la inercia inicial que a menudo impide a las personas empezar con tareas complejas.

La ciencia detrás de la técnica

Recientemente, diversos estudios han demostrado que técnicas como la «regla de los 10 minutos» tienen un impacto positivo en la productividad. La psicología sugiere que uno de los mayores obstáculos para la eficiencia es el miedo a comenzar una tarea, especialmente cuando parece abrumadora. Sin embargo, comprometerse a trabajar en algo durante solo 10 minutos es un objetivo lo suficientemente pequeño como para reducir la ansiedad y aumentar la probabilidad de dar el primer paso.

La neurociencia también apoya esta idea. Al enfocarnos en una tarea durante un corto período de tiempo, se activa el sistema de recompensa del cerebro, liberando dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer y la motivación. Este pequeño «empujón» químico ayuda a que el cerebro se sienta más motivado a seguir trabajando.

Además, una vez que nos adentramos en una tarea, se genera un estado mental conocido como «flujo». Según el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi, este estado de flujo, donde estamos completamente inmersos en lo que hacemos, nos permite trabajar de manera más eficiente y con menos distracciones.

Ventajas de la «regla de los 10 minutos»

  1. Superar la procrastinación: La técnica elimina la presión de tener que comprometerse con una tarea por un largo período de tiempo, lo que hace que sea más fácil comenzar.
  2. Aumentar la concentración: Al dedicar un tiempo corto y específico a una tarea, es más probable que te concentres plenamente durante ese período, lo que incrementa la calidad del trabajo.
  3. Decisiones más rápidas: Jobs usaba esta técnica no solo para iniciar tareas, sino también para tomar decisiones rápidas. En lugar de perder tiempo debatiendo, se comprometía a encontrar una solución o avanzar en una dirección en 10 minutos.
  4. Crear impulso: Una vez que comienzas, es más fácil seguir adelante. Los primeros minutos suelen ser los más difíciles, y la «regla de los 10 minutos» te permite superarlos.

Cómo implementar la técnica en el día a día

Para aplicar la «regla de los 10 minutos», basta con seguir estos pasos:

  1. Identificar la tarea o decisión: Elige una tarea que te esté generando resistencia o una decisión que has postergado.
  2. Comprometerse durante 10 minutos: Ponte un temporizador y comprométete a trabajar en esa tarea o tomar esa decisión durante solo 10 minutos.
  3. Evaluar al final del tiempo: Si, al terminar esos 10 minutos, sientes que no estás listo para continuar, puedes dejarlo. Sin embargo, en muchos casos, te darás cuenta de que ya habrás ganado el impulso necesario para seguir adelante.
  4. Repetir según sea necesario: Si es necesario, puedes aplicar esta técnica varias veces al día para diferentes tareas o decisiones.

El legado de productividad de Steve Jobs

Steve Jobs era conocido por su capacidad para tomar decisiones rápidas y avanzar en proyectos ambiciosos, y técnicas como la «regla de los 10 minutos» formaban parte de su enfoque. Su método no solo le permitía ser más eficiente, sino que también lo ayudaba a mantener el enfoque en lo que realmente importaba. Hoy, la ciencia confirma que este tipo de técnicas pueden ser herramientas poderosas para mejorar la productividad en todos los ámbitos.

En definitiva, la clave de la técnica es superar la inercia inicial que todos enfrentamos ante tareas complejas. Si bien puede parecer una estrategia simple, la «regla de los 10 minutos» se basa en principios psicológicos y neurológicos sólidos que pueden transformar la manera en que enfrentamos el trabajo y las decisiones en el día a día.

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