En un movimiento sin precedentes desde el término de la Guerra Fría, el primer ministro británico, Keir Starmer, ha declarado que el Reino Unido aumentará su presupuesto de defensa al 2,5% del producto interior bruto (PIB) para el año 2027. Esta decisión, anunciada el martes en la Cámara de los Comunes, representa el mayor incremento sostenido en el gasto en defensa que ha visto el país en décadas, marcando un cambio significativo en la política de seguridad nacional en respuesta a las preocupaciones generadas por la invasión rusa de Ucrania.
En su intervención, Starmer expresó su ambición de elevar aún más el presupuesto de defensa al 3% durante la próxima legislatura, subrayando la seriedad con la que su gobierno aborda la amenaza potencial que representa Rusia para la seguridad del Reino Unido y sus aliados. Este aumento considerable en el presupuesto de defensa se financiará mediante la reducción del actual 0,5% del PIB destinado a la cooperación internacional, que se verá disminuido al 0,3% en 2027.
La medida, según cifras presentadas por Starmer, se traducirá en un adicional de 13.400 millones de libras (16.080 millones de euros) anuales destinados a la defensa a partir de 2027. Este aumento busca reforzar y modernizar las capacidades militares del Reino Unido, adaptándolas a los nuevos desafíos de seguridad global.
Sin ocultar su reluctancia a tomar tal decisión, el primer ministro reconoció la severidad de las amenazas actuales, mencionando la incursión militar rusa en Europa que pocos habrían imaginado posible tras la caída del Muro de Berlín. La seguridad nacional se ha visto comprometida, explicó, por las recurrentes amenazas rusas al espacio aéreo y marítimo británico, junto a ataques cibernéticos y químicos.
Starmer enfatizó la importancia de la OTAN como pilar de la seguridad del Reino Unido, destacando la estabilidad que ha brindado a Europa durante 75 años y cómo, contrario a las expectativas de debilitamiento por parte de Putin, la alianza se ha fortalecido en respuesta a sus acciones.
El primer ministro también se pronunció sobre la vital relación con Estados Unidos, calificándola como una alianza fundamental y anticipando su reafirmación durante un próximo encuentro con el presidente estadounidense, Donald Trump, en la Casa Blanca. Subrayó la unidad del país en la búsqueda de una solución pacífica y diplomática al conflicto ucraniano.
La respuesta a este anuncio no se limitó al gobierno; Kemi Badenoch, líder de la oposición conservadora, y los liberaldemócratas, como tercera fuerza parlamentaria, mostraron su apoyo a este incremento en el gasto militar, marcando un raro momento de consenso político en torno a la defensa nacional.
La decisión del gobierno de Keir Starmer de aumentar el presupuesto de defensa a niveles históricos subraya la preocupación creciente por la seguridad nacional en el contexto de las acciones rusas en Ucrania y refleja un compromiso renovado del Reino Unido con su papel en la OTAN y su capacidad para responder a amenazas globales.