El emblemático concurso de televisión «Saber y ganar» ha cruzado un umbral significativo en su historia, iniciando una nueva etapa en La 2 de Televisión Española. Con casi 29 años en antena, el programa no sólo ha renovado su plató, sino que también ha experimentado un relevante cambio en su presentación, marcando un nuevo capítulo con el traspaso de testigo entre Jordi Hurtado y Rodrigo Vázquez.
La transición se ha formalizado con dos entregas especiales en horario de máxima audiencia, donde Rodrigo Vázquez asumirá la responsabilidad de conducir las ediciones de los sábados y domingos. Este cambio representa una baja notable en el emblemático programa, ya que Hurtado ha sido su rostro durante gran parte de su trayectoria. Además, su copresentadora, Pilar Vázquez, también dejará el formato en manos de Núria Ramírez, quien tomará las riendas de su papel en el concurso.
La historia del programa es rica en matices. La famosa frase de inicio, “Saber y ganar, un concurso presentado por Jordi Hurtado”, tiene sus raíces en la voz de Elisenda Roca, quien fue una de las pioneras del formato. Sin embargo, el legado de Juanjo Cardenal, cuya voz resonó en las primeras emisiones y que se despidió en 2021 tras 24 temporadas, ha dejado una huella imborrable. Aunque Cardenal se retiró, el programa hizo un gesto conmovedor al mantener su voz en los primeros segundos de cada emisión, un homenaje que llegó a su fin este pasado 3 de septiembre.
Con esta nueva versión, «Saber y ganar» también introduce la renovada prueba llamada «Descubriendo», que desafiará a los concursantes a emparejar preguntas y respuestas para revelar imágenes ocultas. La estética del programa ha cambiado, presentando un nuevo plató, rótulos y una línea gráfica actualizada. Además, la prueba «El reto» ahora se desarrollará en el centro del plató, frente a un ‘pantallón’ que promete crear una experiencia más envolvente y dinámica para los participantes.
En este contexto de renovación, los seguidores de «Saber y ganar» se encuentran en un momento agridulce, llenos de expectación por lo que traerá el futuro, pero también nostálgicos por la partida de un presentador que se ha convertido en un símbolo de la cultura televisiva española.